18 de septiembre de 2009

Relatoría

Los mexicanos que nos dio el mundo.
Por Karina Moreno Rojas

Las preguntas son: ¿qué tipo de mexicanos nos pudo dar el mundo? y ¿qué ofrecieron esos “mexicanos” a nuestra nación? Según la conferencia ofrecida por Delia Salazar Anaya, autora de los libros Xenofobia y xenofilia en la ciudad de México. Siglo XIX y XX (2007) e Imágenes de los inmigrantes en la Ciudad de México (1753-1910) (2008), en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, esos mexicanos venidos del mundo son extranjeros que por algún motivo llegaron a México, se quedaron en él y se mezclaron, o en su defecto trabajaron un tiempo y regresaron a sus países de origen no sin antes dejar huella en la República Mexicana.
Desde mi punto de vista, puedo dividir en tres grupos a todos aquellos extranjeros que llegaron a México: el primero, un grupo de inmigrantes que vinieron a trabajar en la construcción o ingeniería, o se desarrollaron en aspectos profesionales o empresariales, a su propio estilo, invirtiendo grandes cantidades de dinero y teniendo negocios fructíferos que les dejaron mucho más de ganancias. Este grupo no necesariamente se estableció en México de forma permanente, si bien se llegó a relacionar con la población, no forzosamente se quedó.
Dentro del anterior considero a: estadounidenses, británicos, irlandeses, canadienses, suecos, alemanes y japoneses. Varios extranjeros pertenecientes a estos países llegaron como ingenieros contratistas, como empresarios, como trabajadores para el sistema eléctrico del país, para desarrollar las comunicaciones (por ejemplo con la instalación de teléfonos o construcción de ferrocarriles), como dueños y pioneros en industrias como la farmacéutica, de armas, la cervecera y de vidrios, además de ser dueños, mas no trabajadores, en cultivos de café, pesca y casas comerciales.
El segundo grupo está conformado por extranjeros que, en primer lugar, se establecieron en México y, en segundo, no necesariamente venían con expectativas de éxito e inversión (aunque algunos sí lo llegaron a conseguir) sino más bien como trabajadores comunes escapando de la realidad (pobreza o guerrillas) de sus países de origen. Tal es el caso de españoles, franceses, italianos, libaneses, menonitas y judíos y exiliados o refugiados.
Dentro de las aportaciones y actividades que el segundo grupo otorgó al país están: compra-venta de productos, industria textil, formación de bancos y escuelas, almacenes de ropa, trabajos en colonias agrícolas, comercio, elaboración de productos lácteos, aportaciones médicas y pensamientos e ideologías revolucionarias y de cambio (principalmente por parte de los refugiados y exiliados).
Y en el tercer grupo se encuentran aquellos extranjeros que fueron traídos a México (ya sea por otros grupos de inmigrantes o mexicanos ricos) en calidad de esclavos o trabajadores de mano de obra barata, cuyo destino fue la discriminación por parte de nuestro país. A este grupo pertenecen los negros (traídos de África), los guatemaltecos y los chinos.
Respecto a los negros, desde la época de la colonia fueron traídos a América para realizar trabajos pesados en haciendas, cultivos y minas; su posición social siempre fue de inferioridad (incluso eran vendidos como mercancía y grabados como ganado) y sus creencias fueron minimizadas a brujerías. El caso de los guatemaltecos es menos extremista, ellos se dedicaron a ser siervos y agricultores para las cosechas del café.
El asunto de los chinos es muy peculiar, pues además de ser traídos a México para trabajar en cultivos, minas, como siervos y cocineros, fueron ligados (en épocas revolucionarias y hasta la llegada del presiente Lázaro Cárdenas) con prácticas poco higiénicas y dañinas para la sociedad como: jugadores, traficantes y consumidores de drogas, portadores de enfermedades como el beriberi y sarna, físicamente feos y poco aptos o inteligentes, ambiciosos, insalubres, cobardes (al matarse continuamente por aspectos de honor), y destructores del amor familiar a través de la poligamia, según el investigador y autor Jorge Gómez Izquierdo.
El mismo investigador, perteneciente al Instituto de Investigaciones Sociales, reconoció que incluso hubo un proceso de matanza, maltrato y expulsión contra los chinos durante los gobiernos de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles bajo el lema “unidos deschinatizaremos a México”, además, se crearon comités de salud pro raza.
Esta situación en la actualidad ha variado, pero continúa ahora a través de propaganda negativa en medios de comunicación, haciendo mofa a la inteligencia china tal como sucedió con T.V. Azteca y sus cortos durante los juegos Olímpicos en China; o relacionándolos con la promiscuidad (por ser la segunda nación que consume más condones) y con elaboración de juguetes tóxicos. Además, se les considera una amenaza para las artesanías mexicanas y se les responsabiliza por el desempleo en México.
Como podemos percatarnos, los chinos tienen un seguimiento en nuestro país al igual que el estereotipo que se ha creado sobre ellos. En cuanto a las demás extranjeros, creo que no sólo dejaron huella en las épocas en que pisaron México por primera vez, sino que continúan su proceso de desarrollo e interrelación con los mexicanos, quizá ya no de la misma forma tan profunda, pero sí con un intercambio cultural constante como por ejemplo: a través de las escuelas de arte o lenguas, la comida, palabras, la vestimenta, música y el comercio.
De igual forma considero que, tomando en cuenta la división que hice en tres tipos de extranjeros, los estereotipos que el mexicano ha creado de otras culturas a lo largo del tiempo eliminaría a uno de los grupos, dando la posibilidad sólo a dos: el primero conformado por todos los extranjeros a los que el mexicano ve como superiores y generalmente los relaciona con un nivel económico alto, o de menos mayor que el suyo, por ejemplo: estadounidenses, británicos, irlandeses, canadienses, suecos, alemanes, españoles, franceses, italianos y japoneses. Quizá podrán entrar los libaneses, menonitas y judíos, sobre todo por el éxito económico que han tenido, sin embargo, pienso que el mexicano promedio desconoce la existencia de estos grupos y les resta importancia.
El segundo grupo estaría conformado por todos los extranjeros que el mexicano considera como inferiores a él, como es el caso de los centroamericanos y algunos suramericanos (considérese en este rubro a los guatemaltecos ya antes mencionados), los chinos y por supuesto, a la raza negra a los que llega a considerar como los pobres humanos “olvidados por la mano de Dios”.
Creo que más allá de ubicar el origen y repercusiones, de hace años, de extranjeros en México, sería interesante y útil conocer las aportaciones actuales que han hecho al país, no sólo en el aspecto de obras y productos, sino también las relaciones interculturales, cómo esto ha afectado en gran medida la vida cotidiana del mexicano promedio. Además, creo que valdría la pena saber qué imagen tienen los mexicanos de los extranjeros que residen en México y han aportado algo, porque son dos cosas distintas la realidad y la creencia que se tiene sobre ellos.
Finalmente, también me hubiera gustado saber qué mexicanos hemos dado al mundo, es decir, cuáles son las aportaciones del país para con las demás naciones. Quizá esto ya no corresponda al tema, pues entiendo que va en relación de la construcción de una identidad del mexicano al sabernos la mezcla de diferentes naciones y orígenes a través del proceso histórico, sin embargo, creo que es de gran valor conocer cómo ha contribuido el mexicano a los demás.

Columna (Tinta al vuelo)

CARTA A UN PRESIDENTE QUE PROMETIÓ CONTRARRESTAR LA INSEGURIDAD EN EL PAÍS
(Por Karina Moreno Rojas)

Estimado Presidente de los Estados Unidos Mexicanos:

Escribo a usted porque por desgracia la situación de inseguridad que vivo actualmente en el país no es la que yo esperaba para la fecha. Los constantes robos a mano armada que ha sufrido mi familia en calles que antes resultaban tranquilas me inquita e inspira para escribir estas líneas.
Recién ocupó usted el cargo de Presidente de la República en el 2003, propuso un plan contra la inseguridad en el país: plan anticrimen y antinarcotráfico. Resaltó que era justo que los mexicanos viviéramos en un ambiente de paz, tranquilidad y confianza; que merecíamos salir a la calle con la certeza de que la policía nos protegería en el caso remoto de sufrir algún robo u otro tipo de atentado.
Cierto es que el país ya tenía algunas problemáticas. Yo estaba consciente de que alguna vez habían traído, a una pariente mía lejana, en un taxi durante toda una tarde para que sacara de los cajeros dinero de las diversas cuentas bancarias que ella podía manejar y pertenecían a sus jefes. Sé también, que estuvo a punto de sufrir una violación pero gracias a que al “tipo” le dio miedo la enfermedad que ella le comentó tener, la dejó en paz.
Usted prometió atacar duro a la delincuencia y hasta la fecha lo sigue sosteniendo, aunque los resultados creo que no han sido los esperados. Hace algunos días, para ser exacta el sábado pasado, contestó en Los Pinos, durante el último informe de labores del titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a José Luis Soberanes, ombudsman nacional, acerca de la necesidad que éste le planteó de quitar al ejército de las calles para que la Procuraduría General de la República (PGR) trabaje de forma adecuada, pues sostiene que con la milicia no lo hace.
En su respuesta planteó que coincide con él en que las labores militares deben ser de forma temporal, pero que por el momento su presencia es necesaria, legítima e indispensable. Es decir, defendió el uso de la fuerza militar para la captura del crimen organizado y precisó que seguirá así a pesar de los riesgos, críticas e incomprensión que conlleva.
He de reconocer que en el momento en que usted dibujó un paisaje lleno de tranquilidad para los mexicanos a su llegada a la presidencia, confiada en que ahora sí habría un cambio profundo, empezando por las calles y la corrupción, sonreí y me inundó un sentimiento de paz y armonía.
Comencé a usar faldas sin tener miedo a subir a los peseros o al metro, creí en sus palabras. Me imaginé un país mejor, donde pudiera salir y saludar a los que estaban a mi alrededor sin la desconfianza de no saber a quién se le dirige el saludo; creí que las familias no tendrían la necesidad de encerrarse por las noches hasta con candados por si alguien intentara meterse; pensé en poder mandar a la tienda a mi sobrino de 12 años con la seguridad de que regresará sano y salvo; realmente imaginé poder ir al cajero automático con el alma tranquila, y sin tener que estar volteando a cada rato con el pendiente de que alguien se vaya a meter mientras hago mis operaciones bancarias.
Sin embargo, ahora sé que me equivoqué. La seguridad de la que habló hace tres años nada más no la veo, por el contrario, me siento rehén de mis miedos y desconfianzas, presa de mis angustias y súbdita total del poderoso, sí, del poderoso aquel que tiene el control de mi vida con un arma, un secuestro, con su cuerpo mismo, con droga y golpes, aquel que me reta a desafiarlo y que no me atrevo a enfrentar sola.
Actualmente en México, sólo durante el 2008 en Ciudad Juárez se cometieron 2 mil 400 asesinatos aumentando a mil por ciento el número de ejecuciones en esa ciudad. De hecho forma parte de los principales estados con violencia y defunciones casi diarias (cabe mencionar entre ellas gran cantidad de decapitaciones) que son: Tamaulipas, Sinaloa y Baja California con el 60 por cientode homicidios. Cabe decir, que por desgracia son los jóvenes de entre 18 y 26 años los que más delitos cometen bajo el efecto de alcohol o droga, según la Encuesta de Victimización y Percepción de la Seguridad Pública realizada por el Comité de Consulta y Participación.
Yo he vivido la delincuencia de forma cercana: primero con mi hermana que estando a una calle de la casa la asaltaron dos tipos que venían en un taxi y entraron a la cuadra en sentido contrario, le arrebataron su bolso mientras la amenazaban con un arma. Meses después, a lo sumo dos, asaltaron a mi tía cuando iba a recoger del trabajo a su hija, creo que les gusta trabajar en pareja a los ladrones pues éstos también eran dos. El primero se le acercó y le dijo que soltara la bolsa, como ella no lo hizo comenzaron a forcejear y hasta una de las asas se rompió, entonces el ladrón desesperado sacó el cuchillo mientras su compañero sorprendía a mi tía por la espalda, no tuvo más remedio que dar su bolso.
Luego fue a mi novio, al salir de un cajero automático con los 12 mil pesos que entregaría a su socio capital del bar, le robaron el dinero al mismo tiempo que a otro señor que salía también del cajero. A ambos les pusieron un arma muy cerca de su cabeza. Y apenas hace un mes asaltaron a mi primo, hijo de aquella tía a la que le quitaron su bolso, en el pesero. La fórmula se repite: dos tipos se sentaron junto a él, le hicieron plática y una vez que lo consideraron oportuno le pidieron que les diera lo que trajera de valor y que ni gritara porque “ahí se quedaba”, la pistola escondida no lo hizo pensar dos veces y entregó lo que traía de valor.
Como puede percatarse, la inseguridad continúa e incluso está peor, al menos antes durante mucho tiempo, mis experiencias con la delincuencia no eran tan cercanas y ahora sí lo son. Creo que en gran parte esto sucede porque usted no se ha preocupado lo suficiente por el bienestar de la población mexicana, se ha enfocado en su lucha contra el narcotráfico, los problemas internos dentro de su partido, su legitimidad como presidente, y por supuesto, por el interés de todos los políticos en el poder: el dinero.
Si tan sólo tuvieran un poquito más de amor y respeto por sus habitantes emprendería verdaderas campañas contra la delincuencia y sobre todo, contra la corrupción que es la que alimenta a la primera.
México merece vivir tranquilo, confiado y en paz. Por ello lo exhorto a revalorizar la situación del país, ¿cree que realmente a obtenido logros en materia de seguridad con las acciones que ha llevado a cabo? Le invito a que lo medite y a que se dé el tiempo de analizar las necesidades y desgracias de su gente para que así, trabaje a favor de las personas que creyeron en su labor como Presidente y le otorgaron su confianza.



Atentamente:
Su servidora

13 de agosto de 2009

Reportaje

Santa Cruz Acalpixca: un lugar lleno de riquezas
Karina Moreno Rojas

Desde las cuatro de la mañana algunas mujeres bajan a los lavaderos de Santa Cruz Acalpixca en Xochimilco para tallar su ropa con el agua que únicamente pueden conseguir ahí, pues en sus casas instaladas de manera improvisada sobre cerros, calles arriba, no poseen la suficiente agua para lavar y cocinar.
Santa Cruz Acalpixca es una región que goza de vasta vegetación donde se pudieran dar árboles de diversos frutos como: ciruela, capulín, durazno, higo, aguacate, chile manzano, granada, chabacano, entre otros, sin embargo, debido “al egoísmo y descuido de los habitantes, no es posible tener estos frutos en árboles de la calle o de la zona arqueológica”, declara Josué Beutelspacher ávido periodista que forma parte del Club Primera Plana y conforma, junto con otras tres personas, el Patronato Autónomo de Xochimilco.
Dicho Patronato no tiene una validez oficial ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), sino está conformado por un grupo de personas que por interés en la arqueología y la historia prehispánica de México, han protegido las maravillas arqueológicas que Xochimilco posee y pocos conocen y valoran.
Algunas de las calles de ésta región son angostas y empinadas, llenas de charcos, tierra suelta y defecaciones de animales, otras más ya son de pavimento, en el cual los caballos y burros que aún suben y bajan con el mandado o la ropa para lavar resbalan con facilidad.
Hay muchas personas que no cuentan con animales o coche para transportarse y bajar desde el cerro hasta los lavaderos; lugar donde se puede lavar y comprar la comida, pues está lleno de ambulantaje que vende cualquier tipo de artículo; por lo que hacen uso de los taxis piratas que hay en la zona y que únicamente por cinco pesos suben o bajan a quien lo desee.
El grafiti es un mal que padece Santa Cruz Acalpixca, tal como lo deja ver la biblioteca que por lo general está sola; el Museo Arqueológico, cuyas visitas sólo son de estudiantes obligados; y las figuras arqueológicas del área, pintadas al por mayor con aerosoles rojo, verde, azul o blanco.
Aquí, en pleno Distrito Federal y con una vegetación exuberante está un lugar que encierra parte de la historia de nuestro país: que cuenta la fundación y caída de Xochimilco, su comercio y desarrollo científico y cultural y sus relaciones con otros pueblos vecinos.
“Los primeros en llegar al Valle de México fueron los xochimilcas y en 1196 d.C. fundaron Xochimilco”, comenta Beutelspacher mientras señala una piedra con escalinatas marcadas, a manera de pirámide, que significan la fundación xochimilca.
Al subir y continuar el recorrido en la zona arqueológica del lugar, el paso aún es firme y constante y la pesadez por el calor no ha hecho estragos. De pronto un enrejado abierto demuestra que el lugar estaba resguardado, pero ya no, cualquiera puede entrar a observar, para bien del lugar, o destruir, para su desgracia.
Al subir los escalones me encuentro con la piedra mapa que “muestra el relieve, manantiales y arroyos que bajaban en esta zona […] incluso hay figurillas de peces”, menciona el periodista y también profesor egresado de la Normal de Maestros. Pero la falta de educación y el vandalismo alcanzaron a esta piedra de gran valor, a pesar del enrejado que tiene, ya oxidado y viejo, los grafitis aparecen y a lado corcholatas de cervezas anuncian que alguien estuvo allí.
La piedra mapa demuestra el gran conocimiento que poseían los xochimilcas al marcar con tanta precisión su región. Se sabe que tenía dos escuelas: el Calmecac para la aristocracia y el Tepochcalli para el pueblo o macehuales. Dentro de las primeras escuelas para aristócratas existió la de Ciencias de la tierra donde se daba agricultura, navegación, herbolaria, etc.
Se cree que dentro de los alimentos que se les enseñaba a cultivar estaba el maíz, la calabaza, el chile y sobre todo las flores. De igual forma, se enseñaban elementos fluviales, tales como los que se muestran en la piedra mapa, que tuvieron gran importancia pues en Xochimilco estaba la aduana ya que se juntaban los lagos Chalco, Xochimilco con 300 km de canal navegable y Texcoco. Cabe decir que los dos primeros eran de agua dulce y el tercero de agua salada por lo que Nezahualcóyotl mandó separarlos, con ello desaparecieron las constantes inundaciones que sufría cada año la población.
Y mientras la piedra mapa original está pintarrajeada, en el Museo Arqueológico de la zona se exhiben réplicas de la misma.
Al avanzar entre ramas altas que estorban al paso y piedras resbalosas se encuentra la piedra diosa Cuauilama que significa la feminidad, la vieja curandera. Al continuar hay otra piedra cuyos glifos muestran una pirámide y encima de ella una casa, la primera significa la fundación de Xochimilco y la segunda su caída y dominación por parte del imperio Azteca.
Dar un paso más, mantener el peso en los pies y continuar en ascenso se dificulta. La garganta seca, la saliva espesa y blanca denotan la necesidad de un trago de agua, los ojos fruncidos y la frente sudada no engañan a nadie: el calor es fuerte.
Frente a mis ojos tres figuras esculpidas en piedras que, a pesar de la torpeza humana de quitarles el enrejado que las protegía y rayarlas con aerosol rojo, verde y azul, se ven perfectamente talladas y delimitadas. La primera es una mariposa; la segunda, un puma u ocelo de tigre, signo del sur, el cual connota un rugido al tener frente al hocico una figura que generalmente colocaban para significar sonido o palabra; la tercera un cipatli o cocodrilo que es el día primero o símbolo primero del calendario azteca.
“Aquí fue esculpido el calendario azteca, el primero fue hecho en Xochimilco y trasladado por el lago en una trajinera, pero por el peso, cerca de 10 a 12 toneladas, cayó en el fondo de las aguas”, explica el también perteneciente a la Fundación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos A. C. (Fapermex) y aseguró que la segunda ocasión sólo fue trasladada la piedra en bruto y esculpida por los aztecas en sus tierras. Por ello, el calendario original está elaborado con materiales pertenecientes a Xochimilco y además, en la zona arqueológica hay también una piedra tallada con la marca solar que es el centro del calendario azteca, es decir, el quinto sol.
Al seguir con el recorrido se llega a la parte más alta, una planicie donde antes los xochimilcas tenían un observatorio con fines culturales y militares, con templos, aulas y casas. Actualmente, y desde hace 30 años, la gente viene a danzar días cercanos al 21 de marzo, fecha en que entra la primavera, con los brazos extendidos y descalzos, haciendo música con teponaztles y tambores y con vestimentas parecidas a las de sus antepasados con tal de recibir la energía. Beutelspacher argumenta: “entre dos o tres mil personas danzan para obtener paz espiritual, vigor y fuerza […] es una costumbre heredada y existente mucho antes que en Teotihuacán”.
Es momento de descender y retirarme de este lugar que encierra historia y maravillas que hablan por sí mismas. Es una pena saber que gracias al desconocimiento de su gente y la indiferencia del gobierno local y del Instituto Nacional de Antropología e Historia, las figuras esculpidas en piedra se deterioran a la intemperie de la naturaleza y lo que es peor “a la estupidez humana” tal como lo dijo el maestro y periodista. De igual forma las pequeñas figurillas que los pobladores encuentran en sus casas, sin entender el valor histórico y cultural que tienen, las guardan si dar posibilidad a su estudio y exhibición. Bajar y bajar las escaleras un tanto deformes y pelear con las ramas largas y estorbosas que dificultan el camino. Así se llega hasta el enrejado abierto y de ahí, después de caminar cuesta abajo, hasta los lavaderos de Santa Cruz Acalpixca. El bullicio es mayor, es la una y media de la tarde y más mujeres lavan afanosamente la ropa. Subo al carro y arranco dejando atrás una extensa nube de polvo.

Crónica

Libertad y experiencia periodística
Karina Moreno Rojas
Para Josué Beutelspacher la libertad de expresión es lo más valioso que existe: “los periodistas no debe ser censurados, la libertad de expresión es algo que no se debe tocar”, pero también planteó que no debe haber un abuso de esa libertad, es decir, que los medios de comunicación y periodistas den informaciones que no deban darse a conocer: “yo creo que no hay derecho de difundir para la destrucción”, propuso, y explicó al decir que no se debe dar información acerca de somníferos que utilizan secuestradores, ya que otros lo podrían usar, o no decir por medio de qué encontraron a narcotraficantes, porque otros más se cuidarán de no cometer esos errores.
Reprobó el hecho de que el periodismo esté en manos de empresarios, pues ellos desconocen el manejo y la importancia de la información y se interesan por la venta y el prestigio, “el poder está cooptando a los periodistas”, afirmó y aseguró que la relevancia periodística tiene su origen en la conciencia social, “el periodista es un formador social igual que el maestro, y puede ser un transformador”.
Beutelspacher es egresado de la Normal de Maestros, de la carrera de Periodismo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de Lengua y Literatura Española de la Normal Superior.
Comenzó a trabajar desde los 17 años para el diario el Látigo de Mazatlán y posteriormente para el Occidental de Guadalajara. Para ellos cubrió todo lo ocurrido en las Islas Marías, de donde lo corrieron las autoridades del lugar tres meses después de haber llegado, por escribir y ser publicada una nota sobre el abasto de mariguana en la isla.
De ahí partió al estado de Veracruz, donde trabajó como maestro y consiguió un lugar como periodista para el diario Dictamen de Poza Rica por medio de una nota acerca del fallecimiento sangriento de un maestro, mismo que “fue asesinado con todo y su burro y toda la carne la juntaron”.
Para 1967 ya era periodista de la revista Tiempo, muy reconocida por ser dirigida por Martín Luis Guzmán; autor de los libros La sombra del caudillo y Memorias de Villa; militar, periodista y literato mexicano considerado, al lado de Mariano Azuela, como pionero en la novela revolucionaria, género novelístico surgido a partir de las experiencias de la Revolución Mexicana de 1910.
“Obtuve el empleo por conseguir y realizar una buena entrevista a María Conesa, bailarina de 1910 quien tuvo una relación íntima con Francisco Villa, personaje con el que Guzmán estaba fascinado”, comentó el periodista y agregó: “ser periodista significa conocer a los personajes del país”.
Con la mirada afligida, los ojos llorosos y la voz quebrada, Beutelspacher relató una de las experiencias más amargas y difíciles que le tocó vivir como periodista: la masacre de 1968 en Tlatelolco. “No me podía ir peor”, explicó, el maestro y periodista, que durante el movimiento los policías lo confundían con estudiantes por lo joven que era, y éstos últimos desconfiaban de él y lo tachaban de prensa vendida.
“Tres veces he estado preso, una de ellas fue por estar cubriendo el mitin del 2 de octubre” -recordó y narró- “estuve a lado de Oriana Fallaci y a dos lugares de Sócrates Lemus”. Justo cuando vio las bengalas estaba en medio de la Plaza de las Tres Culturas, entre decenas de estudiantes.
“Bengalas y todos al suelo, yo creo que no hay nadie que pueda describir eso […] me hice un “odiador” de Echeverría” -y continuó contando- “me tiré al suelo debajo de la plancha, un centenar de muertos, vi al Batallón Olimpia […], enseñé mi credencial de la revista Tiempo que traía el sello de la Secretaría de Gobernación, de Seguridad y Policía y, aún así me llevaron”.
Manifestó que le tocó vivir en carne propia la experiencia de los estudiantes mexicanos: la valla de soldados lo golpearon y subieron en un camión, todos amontonados escucharon como el motor se paró y lanzaron cuerpos al vacío. Continuó avanzando y al poco rato llegaron a un cuarto donde los metieron hasta el 3 de octubre, día en el cual “nos fusilaron –se entrecorta su voz y sus ojos se enrojecen- nos desnudaron y con balas de salva nos fusilaron […], a algunos se nos aflojaron los esfínteres”.
Gracias a un periodista que lo vio, reconoció y dio aviso a la revista Tiempo para la que Beutelspacher trabajaba, es como pudo salir de ese infierno que en palabras de él: “es como una leyenda, todo se cuenta, pero ¿quién tiene las pruebas de lo sucedido?”
Durante el levantamiento de 1971, al estar como presidente Luis Echeverría, “las golpizas fueron un escarmiento, pero no para los estudiantes, para las madres de esos estudiantes”, que llenas de miedo por lo ya ocurrido tres años antes, no dejaban salir a sus hijos a marchas de ningún tipo.
El también profesor, nunca dejó de lado la educación de sus alumnos mientras laboraba como periodista, incluso llegó a ser director en varias escuelas. Después de Tiempo, trabajó en los periódicos El Día y El Nacional. Colaboró para más de 100 revistas que lo contrataron por artículo realizado y creó una: Grandes reportajes, donde disfrazaban a reporteros para vivir la situación que fueran a denunciar, por ejemplo: se vestían de meseros, limosneros, remaban, etc.
Sólo dejó las clases en el momento en que le ofrecieron un puesto en comunicación social como jefe de prensa en la Secretaría del Trabajo. A partir de entonces, y gracias a su pensión como profesor, se dedica a escribir respecto a una de sus más grandes pasiones: la historia y la arqueología, sin menos preciar a la poesía que tantas enseñanzas le ha dejado: “la poesía le da al periodista la descripción, la adjetivación, le permite recrear lo que está viviendo”, comentó.Para este gran personaje multifacético, el periodismo escrito no colapsará “yo no creo que se acabe el periodismo escrito, no para todos […] ya no tiene futuro en todas partes, como es el caso de Estados Unidos donde ya no tienen dinero para las impresiones, pero sí continuará”.

30 de abril de 2009

Reportaje

Barack Obama, en México, comparte el pan y buenos deseos
Karina Moreno Rojas
  • Migración, tráfico de armas, narcotráfico, libre comercio y cese al embargo cubano: temas a discutidos en la visita.
  • A pesar de haber 12.7 millones de migrantes mexicanos en EE.UU., no se estableció un compromiso.
  • Van 5 300 muertos en México por la guerra contra el narcotráfico.
  • Si Cuba camina hacia su liberación, mejorarán las relaciones con EE.UU.
  • Fueron utilizados durante la visita de Obama: 6 mil efectivos de seguridad mexicanos.
La visita de Barack Obama a México el pasado jueves 16 de abril giró en torno a ciertos temas de gran relevancia política y económica para el país y Estados Unidos: la migración, el tráfico de armas, el narcotráfico, el libre comercio, y como tema internacional o externo, el cese al embargo económico cubano.
Tanto Felipe Calderón, presidente de México, como el mandatario estadounidense, Barack Obama, se pronunciaron a favor de la cooperación mutua, del apoyo físico y político en la lucha contra el crimen, y con el firme propósito de seguir adelante en la lucha por tener países mejores, como “buenos vecinos”, en palabras del mandatario de la Casa Blanca, que comparten valores, intereses, desafíos e ideales.
Tal como diría el presidente Calderón: “¡yes, we can!”, única frase en inglés que utilizó e hizo remembranza de la campaña electoral de Obama aludiendo al compromiso de responsabilidad compartida en la batalla contra la delincuencia. Al mismo tiempo, festejó que ambas naciones se desenvuelvan como países “unidos por anhelos y valores”. Acto seguido ofreció a la población mexicana como amiga, socia, vecina y aliada del país norteamericano.
El presidente de los Estados Unidos llegó a México el jueves 16 a las 12:30 horas acompañado de nueve funcionarios, entre ellos: Jim Jones, consejero de Seguridad Nacional; Steven Chu, secretario de Energía; Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior; Larry Summer, director del Consejo Nacional de Economía; John Brenan, asistente del presidente en Asuntos de Estados Unidos; Jim Messina, subjefe de la Oficina de la Presidencia; Daniel Restrepo, asistente para el Hemisferio Occidental; Jeffrey Davidow, ex embajador en México y director para la Cumbre de las Américas, y Leslie Basset, encargada de negocios de la embajada. Fue recibido en el Hangar Presidencial por el embajador de México en su país, Arturo Sarukhán.
Es pertinente resaltar la ausencia de un embajador de la Casa Blanca en México, situación que ocurrió por primera vez, pues aunque se rumora que será Carlos Pascual, su nombramiento no ha sido ratificado ante el Senado estadounidense. De igual forma, llamó la atención la inasistencia de la esposa del presidente Obama, Michelle, y de la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
A su llegada, fue trasladado en helicóptero a Campo Marte en donde abordó una camioneta que lo llevó a Los Pinos, ahí fue recibido con una ceremonia oficial, encabezada por el presidente de México, en la explanada Francisco I. Madero. Posteriormente, ambos mandatarios tuvieron una reunión privada y al término, 15:45 horas, dieron una conferencia de medios en el salón Adolfo López Mateos de la residencia de Los Pinos. Cabe decir, que ya se había dado una conferencia con anterioridad, ésta durante el viaje de Washington hacia México en el avión presidencial, fue ofrecida por Robert Gibss, vocero de la Casa Blanca.
Luego, Obama fue dirigido al hotel Presidente Intercontinental (en donde se hospedó esa noche) para descansar y tener un ajuste de tiempos. De ahí, fue llevado al Museo de Antropología, en donde se ofreció una cena en su honor, a la que arribó a las 19 horas con 50 minutos; 20 minutos antes el presidente Calderón ya le esperaba.
En medio de música jarocha y con la asistencia de 120 personas (10 por mesa), entre ellas los presidentes de la Suprema Corte y de ambas cámaras del congreso, empresarios, líderes parlamentarios, dirigentes sindicales, gobernadores de estados fronterizos y con mayor número de emigración y los ocho presidentes de partido.
Por ello, figuraron personalidades como: Germán Martínez, presidente del Partido Acción Nacional (PAN); Beatriz Paredes, presidenta del Partido Revolucionario Institucional (PRI); el gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto; la gobernadora de Zacatecas, Amalia Hernández; el escritor Gabriel García Márquez; el premio Nobel Mario Molina; el empresario Carlos Slim; la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, por mencionar algunos.
Disfrutaron de camarones en pico de gallo, filete en salsa molcajeteada, calabacitas rellenas y de postre barrilitos de higo en salsa de zapote. En la mesa principal se encontraban acompañando a los presidentes: la secretaria de Relaciones Exteriores en México, Patricia Espinosa; el embajador de México en Washington, Arturo Sarukhán; y la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano.
Durante el encuentro se dio pie a la agenda de temas a discutir. Uno de ellos, indudablemente, fue la migración, respecto al cual Obama aseguró poner de su parte en una problemática que por principio de cuentas se daba “porque la gente va en busca de empleo que debería encontrar en su país”, sin embargo, no precisó cómo será esa ayuda pues no planteó ninguna iniciativa para llevar ante el Congreso de los Estados Unidos. Precisó el compromiso de una reforma migratoria (a pesar de que él mismo voto a favor del muro al ser senador) que cumpla con el estado de derecho de su nación, y se limitó a solicitar un diagnóstico de la situación.
No hubo grandes avances migratorios, a pesar de ser uno de los temas más relevantes ya que, según cifras dadas por el Pew Hispanic Center, hay 12.7 millones de inmigrantes mexicanos en territorio estadounidense, es decir, una de cada diez personas nacidas en México se va “para el otro lado” a trabajar.
En cuanto al tráfico de armas, de las cuales más del 90 por ciento provienen de Estados Unidos según datos ofrecidos y aceptados por su presidente, y el narcotráfico se reafirmó la preocupación por frenar la violencia desatada debido al crimen organizado, pues tal como señalan algunos especialistas: México es una de las principales amenazas del gobierno estadounidense al tener, por lo menos, 230 ciudades infectadas con ello.
Por su parte, en México van 5300 muertes por la guerra contra el narco y 1100 sólo en lo que va del año. Es por esto que deriva la demanda del gobierno mexicano de frenar el flujo de armas, y sugerir incluso la prohibición de uso. Al respecto, Barack Obama dijo que ayudará a México a contener el tráfico al juzgar por medio de sus leyes existentes. A lo que Calderón respondió sin mucho ánimo de amabilidad: “ojalá nunca esas armas, que son hoy vendidas en Estados Unidos y usadas en México, no llegue un día en que también se usen contra la sociedad americana o contra sus autoridades”.
Sobre el tema del libre comercio se mencionó la disputa de abrir paso a los camiones mexicanos, aspecto que en teoría quedaría más que aceptado, pues el gobierno de la Casa Blanca promueve el libre funcionamiento del mercado. Sin embargo, al parecer las políticas internas se interponen.
A lo anterior, hay que agregar las diferencias que se dejaron ver entre los mandatarios respecto a la renegociación del Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El presidente mexicano expresó que no desea “estropear y empeorar” la situación económica actual al revisar y modificar el tratado. Por su parte, Obama insistió en incluir temas laborales y ambientales.
Finalmente, en cuanto a las posturas del gobierno de las barras y las estrellas con respecto a Cuba, Calderón afirmó que el embargo a La Habana tiene muchísimo tiempo, incluso “antes de que el presidente Barack Obama y yo naciéramos”, y sin embargo, aunque se ha mantenido, ha resultado “poco útil” por lo que espera que eso se tome en cuenta. A lo cual el presidente estadounidense respondió estar a favor de buenas relaciones con los cubanos, por lo que no se debe despreciar o menospreciar el gran paso que dio al permitir viajes de cubanos a su “tierra”.
Comentó que mientras Cuba vaya en el camino en pro de su liberación, entonces estarán más cercanas las relaciones de reconciliación y entendimiento entre las naciones.
Para hacer posible de manera segura la visita del presidente estadounidense a México, fue necesaria la disposición de más de 6 mil efectivos entre agentes de seguridad, militares y policías que resguardaron la zona desde Calzada de Constituyentes hasta la avenida Presidente Masaryk y de la calle Mariano Escobedo a la de Mahatma Gandhi. Únicamente, podían pasar con una identificación las personas que trabajaban o vivían en el lugar.
Mientras la policía de México se encargó de la seguridad externa del presidente de Estados Unidos, el personal del Servicio Secreto de su país lo resguardó de forma interna llevando consigo 2 helicópteros, mil 300 agentes de seguridad y 10 autos blindados como era el caso de “La Bestia”, automóvil con puertas de 20 centímetros de grosor y una placa de 12 centímetros y medio en el piso con el fin de que aguante una explosión.
De forma desglosada, el gobierno utilizó: a la Secretaría de Seguridad Pública capitalina con más de 3 mil policías para que colaboraran con las autoridades militares en la zona; la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal movilizó 300 agentes judiciales; el Estado Mayor Presidencial, institución encargada de toda la seguridad, dispuso de mil 200 efectivos; la Policía Federal Preventiva desplegó mil policías; y el Ejército movilizó cientos de soldados de fuerzas especiales.
Además, el aeropuerto de México suspendió sus operaciones por media hora cada vez que Obama subía a un Air Force One, tanto para llegar a México como para partir de él.
Al finalizar la cena en el Museo de Antropología, Obama fue llevado al hotel Presidente Intercontinental para pasar la noche. Al siguiente día, tomó su avión y partió rumbo a Puerto Príncipe en Trinidad y Tobago para asistir a la Cumbre de las Américas.
Luego de 21 horas de visita de trabajo del presidente Obama en México, la seguridad pública puesta en escena desapareció y los comentarios referentes a las declaraciones dadas por los mandatarios no se dejaron esperar. Por un lado, los panistas aseguraron que fue un éxito; por el otro, los partidos opositores calificaron a los resultados como poco concretos.
También catedráticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reconocieron a la visita como un acto protocolario. De igual forma, Samuel Aguilar, diputado del PRI lamentó que no hubo comentario alguno sobre la construcción del muro fronterizo; y José Manuel del Río Virgen, secretario de la mesa directiva de la Cámara, criticó la actitud de Obama quien se la pasa, según él, dando bonitos discursos y autografiando como si estuviera en campaña.

Crónica informativa

Periodismo femíneo
Karina Moreno Rojas
  • "Nos metimos en un trabajo que era de hombres": Silvia Durán
“Nos metimos en un trabajo que era de hombres”, declaró Silvia Durán Gasca actual colaboradora en el periódico Milenio. Habló acerca de uno de los principales problemas dentro del periodismo: el género, pues “hay que demostrar que sabes y que puedes”.
Ella es toda una conocedora de la profesión. Trabajó en la agencia de noticias Notimex como redactora y editora, participó en radio para la cual cubrió la fuente de presidencia durante el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976) y ha estado en diversos periódicos como El Columnista, El financiero, para el suplemento de salud de Excélsior y actualmente para Milenio.
Aseguró que a diferencia de los hombres, las mujeres periodistas tienen ciertas características que las distinguen: “somos tenaces, no nos emborrachamos con frecuencia, no faltamos, no trasnochamos y somos más organizadas”.
Desgraciadamente, el acoso sexual es una de las dificultades más comunes para el sexo femenino en cualquier profesión, sin ser el periodismo la excepción. Para Durán su buen sentido del humor y valores que posee la han librado de éste tipo de situaciones. Reconoció haberlo padecido pero no tan drástico en los medios de comunicación como en la universidad: “lo padecí de un maestro […] yo sólo quería información sobre periodismo y él se quiso aprovechar […] me pude librar gracias a que me dije ‘yo puedo sola’”.
Tras su traje sastre amarillo, su mascada y zapatos cafés, su mirada cansada y sus labios carmín hay una mujer de inagotables experiencias quien ha estado en instituciones gubernamentales como en medios de comunicación masiva. Asimismo, ha cubierto diversas temáticas: desde presidencia y finanzas hasta salud y turismo.
“La importancia del periodismo y comunicación entre estados y países es lograr un buen gobierno y congruencia comunicativa […] comunicar qué pasa y decir qué hay en los diversos lugares que uno tiene oportunidad de visitar y analizar”, argumentó la también madre de dos hijos quienes cursan el nivel bachillerato y tienen la convicción de ser músicos.
Silvia Durán hizo una comparación entre el periodismo de hace unos 20 a 30 años al que se desarrolla hoy en día. Precisó que ahora gracias a los avances tecnológicos, el acceso a más fuentes de información y a la rapidez e inmediatez de los medios de comunicación hay mayor número de posibilidades de llevar la noticia hasta el público y poderlo informar oportunamente. “Antes en Notimex si nos equivocábamos, pegábamos cachitos de hoja blanca y escribíamos encima […] ahora con tanta tecnología hasta se pueden enriquecer los textos con imágenes”.
--¿Cuál ha sido su área de especialización e interés?
--El económico o financiero; sin embargo, el turístico también lo he disfrutado mucho porque hay mayor libertad al escribir.
Y añadió que dentro de las fuentes que no ha podido cubrir y le gustaría están: periodismo de guerra y Cámara de Diputados.
Finalmente, recomendó a los alumnos de periodismo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde según Durán se dan los más y mejores elementos de análisis y observación, a escribir “una idea por párrafo […] de lo más a lo menos importante, siempre con claridad […] una puntada tras otra”.
También mencionó no confiarse tanto al uso de las grabadoras, pues éstas pueden fallar o no resultar tan prácticas al momento de redactar una nota ya que “se tiene que transcribir todo, en cambio con anotaciones hechas se encuentra la noticia”. Y agregó: “siempre hay que preguntar lo que uno no entiende para así poderlo explicar” más adelante al público lector, televidente o radioescucha.
Toda una mujer en la extensión de la palabra. Ha compartido viajes nacionales e internacionales a lado del ex presidente Luis Echeverría, vivió una Rusia que padecía el fin de Stalin en los años ochenta, y ha tenido la sensibilidad de escuchar y admirar a grupos culturales y étnicos mexicanos como el maya, ella es: Silvia Durán Gasca.

Reportaje

El tiempo no perdona… el olvido aparece
Karina Moreno Rojas

“Era la opción, realmente creí que llegaría a la presidencia y el país estaría un poco mejor, hablaba de ayudar a la gente con programas de apoyo, yo sí creí en él y estaba dispuesto a darle mi voto sin dudarlo”, declara el señor Delfino Saldaña, médico cirujano de la clínica 46 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Tras 15 años de la muerte de Luis Donaldo Colosio, las sospechas respecto a su asesinato continúan, al parecer la teoría de “asesinato solitario” no convenció a muchos: “no creo que haya sido como dijeron en las televisoras que un hombre solo hizo todo, yo creo que mínimo el que iba abriendo paso entre la gente tuvo algo que ver”, asegura la señora Consuelo Rojas, ama de casa.
Y a pesar de la inconformidad la resignación tuvo que llegar, pues con el caso cerrado y con más de una muerte relacionada al asesinato del ex candidato a la presidencia de 1994, nadie se metería en asuntos “peligrosos”. Además, como dice el médico Saldaña, seguramente hay relación con personajes políticos importantes con grandes jerarquías, entre ellos el presidente en turno para aquel año: Carlos Salinas de Gortari.
“No sé bien todas la teorías que se manejaron, pero de lo que he escuchado creo que el discurso que dio días antes de su gira de campaña –6 de marzo de 1994– fue lo que no gustó al gobierno, pues mostraba gran parte de la pobreza e injusticia en que vivía el pueblo mexicano, principalmente en provincia”, indica don Delfino.
–¿Cree que era Colosio un hombre preparado?
–Creo que sí –dice Consuelo– hasta donde recuerdo había sido diputado y senador por parte de otro estado que ahora no viene a mi mente, pero ya tenía trayectoria política y simpatizaba con la gente.
Y así fue. Luis Donaldo Colosio Murrieta estudió economía en el Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Después hizo su maestría en Estados Unidos en la Universidad de Pennsylvania donde abordó el tema de Desarrollo Regional y finalmente, fue a Viena en Austria a hacer su doctorado en Economía Regional y Urbana en el Instituto Interamericano para el Análisis de Sistemas Sociales Aplicados.
A su regreso a México fue profesor en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la Universidad Anáhuac y en El Colegio de México. Al mismo tiempo, 1979, ingresó a las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), trinchera desde donde trabajaría y pelearía por sus ideales.
Durante el sexenio de Miguel de la Madrid ocupó el cargo de Director General de Programación y Presupuesto Regional haciendo mancuerna con Carlos Salinas de Gortari, para entonces Secretario de Programación y Presupuesto. Seis años después consiguió estar en la Cámara de Diputados de la LIII Legislatura, y tan sólo en dos años más lograría obtener la Senaduría por el estado de Sonora (1988).
Para Alberto Saldaña el tema Colosio se convirtió en bombardeos mediáticos con videos repetitivos sobre el momento del asesinato, e infinidad de pésames y condolencias para Diana Laura Riojas Reyes, esposa del ex candidato. “No recuerdo mucho, yo estaba en secundaria, pero lo que sí tengo muy grabado es el video que pasaban donde Colosio va caminando entre la gente con sus guaruras haciéndole paso, y de repente sólo se ve una mano con una pistola que queda cerca de la cabeza de Colosio y le dispara, ese video cómo lo repetían una y otra vez”.
Para 1994, estando Salinas de Gortari en la presidencia, Luis Donaldo Colosio se postuló para las elecciones a presidente de la República como representante del partido único en el poder hasta el momento: el PRI. “Lo que me gustó fue que a pesar de que ya era el próximo presidente, no sólo por votación sino por elección de “dedazo” ¡imagínate era del partido oficial!, Colosio hizo su campaña electoral como si fuera de la oposición y siempre teniendo mucho contacto con la gente”, argumenta Delfino Saldaña.
El 23 de marzo de 1994, tras iniciar una gira en la República Mexicana por su campaña política, Colosio es asesinado en Lomas Taurinas, Tijuana. Según las primeras versiones el asesinato había sido un complot donde cinco personas actuaban de manera conjunta, entre ellas algunas pertenecientes a su grupo de escolta.
Quien manifestó esa primera teoría fue Miguel Montes, subprocurador especial del caso nombrado por Salinas de Gortari. Éste estableció que los dos disparos que recibió el ex candidato a la presidencia habían sido desde ángulos distintos, uno desde su extrema derecha (el de la cabeza) y otra de la izquierda (el del abdomen).
Pero Diego Valadés, para entonces Procurador General de la República, contradijo lo anterior al asegurar que los disparos vinieron de la misma persona y que los realizó casi de forma inmediata. A partir de entonces se comenzó a manejar la idea de un homicida solitario y único, a pesar de que fotografías y videos desmientan que ambos balazos fueron provocados por la misma persona.
Como haya sido sólo se culpó a un hombre: Mario Aburto Martínez, a quien agentes del candidato a la presidencia agarraron a golpes y detuvieron momentos después de que Colosio cayera. Extrañamente esta persona detenida y que cumple sentencia en Almoloya no se parece físicamente al ejecutor de Colosio, según los videos que fueron mostrados repetidas veces en la televisión.
Quien sí se parece más es un agente del Cisen de nombre Jorge Antonio Sánchez Ortega, al cual se le encontró manchas de sangre del mismo tipo que la del candidato (A negativo) y se le apresó huyendo de la escena del crimen; un día después se le liberó.
“Recuerdo que se dieron varias versiones, me parece que se pensaba que tuvo que ver su propia escolta y en otra opción se culpaba a una sola persona […] no sé cual sea la verdad, pero creo que es más probable la primera”, menciona el señor Saldaña.
Por su parte la señora Consuelo no recuerda las versiones, pero tiene muy presente que se dio “carpetazo al hecho” y se olvidó poco a poco: “no sé cuáles fueron las soluciones que se dieron al asunto, pero de pronto se dejó de pasar por la televisión, su esposa que salía mucho ya casi no se veía hasta el día en que se dijo que había fallecido, fue poquitos meses después de la muerte de Colosio”.
Diana Laura Riojas, esposa del ex candidato, siempre estuvo atenta a las investigaciones sobre el asesinato de su esposo, ella llegó a solicitar a Miguel Montes que no descartara la teoría del complot porque era probable que hubiera un autor intelectual en el crimen.
Hasta después de su fallecimiento a causa de un daño en el páncreas, el 18 de noviembre de 1994, se detuvo al presunto segundo tirador de nombre Othón Cortés, mismo que en este año presenta su libro sobre el caso Colosio. Esto fue durante el sexenio de Ernesto Zedillo y bajo la tutela de Pablo Chapa como nuevo subprocurador especial, quien llegó a las conclusiones de que sí hubo dos disparos desde ángulos diferentes.
En este 2009 se cumple justamente 15 años de la muerte del doctor Luis Donaldo Colosio y la pregunta es: ¿los que están cumpliendo condena son los verdaderos responsables de su muerte? Además, ¿sigue viva la imagen de Colosio entre los mexicanos?
“Yo creo que la gente ya ni se acuerda, bueno lo tiene como una idea vaga pero ya no hay indignación por el asesinato ni por los mareos a la población con tanta investigación rara que hicieron […], lo van a sacar (en los medios) porque se conmemorará la fecha luctuosa pero después de eso nadie pensará más en Colosio hasta el próximo año”, comenta el doctor Delfino mientras frunce la boca y levanta las manos en señal de resignación.

Crónica

Se canceló la última corrida de la Temporada Grande en la Plaza de Toros México.
Karina Moreno Rojas
  • Dos toros pertenecientes a la ganadería Barralva no cuentan con el registro debido.
Las puertas están cerradas, los barrotes rojos no permiten la entrada a aquellas personas despistadas que, ajenas a lo ocurrido el pasado jueves en torno a la corrida 22 de la Temporada Grande en la Monumental Plaza de Toros México, se acercan a la única taquilla abierta de la puerta uno para preguntar por qué no habrá espectáculo el día de hoy.
“¿Se canceló y por qué?”, pregunta uno, “no, que no sabe”, contesta el otro. El chico de la taquilla abierta está ahí sólo para vender boletos para el Monster Trucks que se llevará a cabo el próximo viernes 13 de marzo a las 8:30 p. m., pero de la corrida de toros no sabe nada.
El jueves cinco de marzo se informó por diversos medios de comunicación, que la última corrida de la Temporada Grande; donde participarían los matadores Federico Pizarro, Leopoldo Casasola y Guillermo Martínez; se suspendía debido a que el juez de plaza Miguel Ángel Cardona así lo dispuso al considerar que dos de los siete toros pertenecientes a la ganadería Barralva no cuentan con el registro debido ante la delegación Benito Juárez y la Asociación de Criadores de Toros de Lidia, además de estar demasiado flacos.
Como consecuencia, hoy la plaza luce solitaria, apenas si se ven algunas personas que usan los escalones de las entradas como asientos, u otros más que comen tacos de borrego en “El Paisa”, puesto de comida ubicado frente a la puerta dos entre las estatuas de dos toreros: uno con banderillas, el otro con oreja y rabo.
Frente a la taquilla principal, la uno, se pueden leer los horarios de atención al público para venta de boletos, desde las 9: 30 de la mañana hasta las 2 de la tarde y se reinician labores de 3:30 a 7 de la noche.
La imagen de la plaza es desoladora, vacía, con sus paredes y pilares sucios chorreados de tierra y mugre debido a las lluvias, con excremento de palomas sobre las más de 20 estatuas de toreros y toros alrededor de la plaza, el fierro oxidado, las taquillas rotas, con las cabinas de cobro por boleto sin mesa, luz o un asiento y con indicaciones despintadas.
El sol abrazador provoca que la piel de los brazos arda, la frente sude y los labios se resequen y exijan un necesario vaso de agua. Los intensos rayos me impiden, a momentos, leer las placas de homenajes a grandes toreros o en recuerdo a verdaderas proezas durante corridas como “la inmortal faena realizada el 3 de febrero del 2002 por Enrique Ponce”. También hay aquellas que reconocen la valentía y talento de Carlos Arruza y Manolo Martínez.
“Se prohíbe alimentos y bebidas, armas de fuego, armas blancas, cámaras fotográficas, cámaras de video, mochilas y bultos”, leo en letreros colocados en cada una de las entradas, excepto en la puerta seis que es de acceso a la prensa.
Hay algunos carteles sobre la corrida de toros cancelada, éstos están dispuestos de forma discreta e indistinta en varias de las paredes del recinto. Dichos carteles informan sobre el nombre de los matadores y los precios de tendido de sombra (60 pesos) y de sol (55 pesos). No es el caso con la publicidad a color del evento próximo: el Monster Trucks, del cual hay una manta gigantesca que puede ser observada por cualquier automovilista que maneje a una velocidad y distancia considerables.
Como si fueran soldados bien entrenados, las diversas estatuas de la fiesta taurina custodian el lugar e interpretan diversas faenas. Hay figuras que representan y conmemoran a grandes personajes de la fiesta brava, entre ellos: Carlos Arruza, Juan Belmont, Juan Silveti, Manuel Rodríguez “Manolete”, Eloy Cabazos, Rodolfo Gaona, Luis Procuna, Manuel Granero, Antonio Fuentes, Alfredo Justo, Eduardo Liceaga, etc.
La cancelación de la última corrida de la Temporada Grande no es sinónimo de recuperación del evento, es decir, no fue pospuesto para una fecha más adelante, simplemente se canceló y la temporada se vio obligada a terminar en 21 corridas y no 22 como estaba planeado.
Y mientras la Plaza de Toros México lucha por mantenerse como un lugar de recreación familiar y adrenalina, la amenaza de que se convierta en un museo o desaparezca es latente según precisó Ernesto, guardia del lugar, y añadió entre risas: “ya casi no viene gente, el gusto por los toros se está terminando, más que nada por eso quieren cerrar el lugar […] espero que no lo hagan, me quedo sin trabajo”.

Crónica

Último día
Karina Moreno Rojas
  • Clausura de la XXX Feria Internacional del Libro
  • Robo del 3 al 10 por ciento de libros durante la Feria

Último día. 15 pesos entrada general, 10 estudiantes y profesores, los niños menores de 6 años no pagan. Bullicioso y ansiedad en la fila, “me da dos boletos”, piden unos mientras otros ya entran al recinto: Antiguo Palacio de Minería en Tacuba número 5, en el corazón de la Ciudad de México.
Más de 3000 personas diarias durante los fines de semana, “entre semana calculo no más de 500”, declara Alberto Romero, responsable de la editorial del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Durante dos semanas el Palacio de Minería ha sido sede de la XXX Feria Internacional del Libro en donde participan editoriales de diversas universidades, como: La Universidad Veracruzana, la Universidad Michoacana de San Nicolás Hidalgo, la Universidad Pedagógica, entre otras.
También se dieron cita grandes casas editoriales como Grupo Santillana, Océano, Larousse, National Geographic, Selectur, Porrúa, Fondo de Cultura Económica (FCE), Siglo XXI y Grupo Planeta, por mencionar algunas.
Bajo el domo en forma de flor con ocho pétalos que protegen del intenso sol, las personas se pasean de un lugar a otro en busca de los textos que requieren, de alguna novedad que les invite a la inquietud de leer, comprando videos, asistiendo a los talleres, charlas o conferencias que se ofrecen, o simplemente comiendo un “croissant”, una ensalada de champiñones, o una “baguette” con jamón serrano en la cafetería del lugar: Tarumba, sabor, aroma y poesía.
Las expectativas de venta y asistencia al lugar por parte de los responsables de las editoriales son bajas: “a esta hora el día de ayer había muchísima más gente, está bajo hoy”, “se espera que el último sea el de mayor venta, todos los años es así, pero hoy se ve flojo”.
Resaltaron que los principales beneficios de tener un espacio, por cierto nada barato (de 100 mil a 400 mil pesos), dentro de la feria son: que la gente ubique los diversos títulos con la casa editorial que los maneja, dar a conocer diversos libros de novedad, publicitar y vender la imagen de las editoriales, ofrecer diversas colecciones, difusión y promoción, y exponer más del 60 por ciento del total de títulos manejado por cada una de las editoriales.
“¿Qué si hay pérdidas? claro que sí, el robo y maltrato de libros afecta bastante”, menciona José Luis Castillo, “en el caso de Grupo Planeta representa el 5 o 10 por ciento de la venta total de libros, algo así entre 40 a 50 mil pesos”.
Sin embargo, Siglo XXI y Porrúa no han tenido tan mala suerte, el robo ha sido de tan sólo el 3 por ciento en años anteriores, “algo así como 20 materiales extraídos, no es mucho son como 3 500 pesos”, apuntó Eduardo Morales. Por su parte el FCE ha sufrido el robo de materiales y la reventa de ellos en el callejón, “no sabes es algo de lo que más nos afecta. Imagínate, de un libro cuyo costo normal es de 100, los revendedores del callejón lo dan a 20”, asegura José María Díaz, responsable de la editorial.
Como símbolo de pluralidad, hay niños hojeando un cuento del FCE y jóvenes observando el Kama-sutra; un anciano que solicita el libro Las venas abiertas de América Latina y quien hace larga fila en Kirby Comic´s para adquirir una playera estampada con alguna de las imágenes de las caricaturas animadas.
Mientras el tumulto de gente de Kirby Comic´s se emociona entre playeras, llaveros, gorras y comics; Conaculta, vacía, anuncia su texto más caro Zares: arte y cultura del imperio ruso de 750 pesos.
Pero nada se compara con los 4 400 pesos que cuesta la enciclopedia jurídica de Porrúa o el libro La Universidad: su estadio e historia perteneciente a Siglo XXI con un costo de 3 700 pesos.
Dentro de los títulos más vendidos durante la Feria Internacional del Libro se encuentran: La familia Burrón tomo I de Gabriel Vargas, El catálogo de Persia: fragmentos del paraíso, Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano, Sangre de tinta y Corazón de tinta de Cornelia Funke, Pancho Villa: biografía narrativa del autor Paco Ignacio Taibo II, de la UNAM La visión de los vencidos de Portillo y el cortometraje Pedro y el lobo, y Crepúsculo un “bestseller” de la autora Stephenie Meyer.
Conforme las horas pasan la presencia de las personas se hace más intensa, la caminata es lenta, los cuerpos se deslizan unos sobre otros como en la estación Insurgentes a las seis de la tarde. Gente con traje, otros con playeras del Cruz Azul, los pumas de la Universidad y el Barcelona se dejan ver por todos lados.
Subiendo las escaleras se encuentra una escultura hecha por Sergio Peraza como homenaje a Amado Nervo, poeta, cuentista, crítico literario y ensayista mexicano nacido en Tepic (Nayarit) en 1870, quien moriría con tan sólo 49 años de edad en 1919 en Uruguay.
Ya son las dos de la tarde, Cristina Pacheco habla acerca de su nuevo libro Pájaro de madera se vende burro, y al mismo tiempo en el recital de poesía el actor Gastón Melo interpreta obras de Manuel Gutiérrez Nájera. Simultáneamente, en el auditorio Bernardo Quintana está la conferencia Los genomas visitan a Darwin, conclusiones y reflexiones.
En el primer piso se puede observar publicaciones de Revista Proceso, del periódico El Financiero, la Embajada de República Dominicana, textos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, la editora del Gobierno de Veracruz, las universidades y el periódico La Jornada con la venta de anuarios y obras que produce en conjunto con editoriales como Alfaguara y Clío, tal es el caso de La muerte de Artemio Cruz del escritor Carlos Fuentes.
En esta ocasión el estado invitado a la feria es San Luis Potosí, quien ofrece una pequeña sala con paredes rojas donde sentarse a leer y hojear las lecturas ya sean del ayuntamiento, de los colegios, de las universidades, publicaciones del gobierno del estado o independientes.
Y aunque los años pasan, los clásicos nunca mueren, al menos eso se sugiere al ser la colección de Porrúa, Sepan cuantos…, la más solicitada después de los textos de La familia Burrón. Así también libros del ayer forman parte de las inquietudes y obligaciones del hoy: El Capital de Carlos Marx, Dos crímenes de Jorge Ibargüengoitia y Pedro Páramo de Juan Rulfo de los títulos más viejos de las editoriales.
Hoy, último día. Con bolsa en mano y unos cuantos libros comprados, las personas acaloradas y con la lengua de fuera tratando de remojar sus labios en vano, se retiran del Palacio de Minería perteneciente a la UNAM. Otros más animosos entran a la última presentación de libro donde Silvia Olmedo da a conocer su obra: Pregúntale a Silvia… los secretos de Eva.


Opinión

La última batalla
Karina Moreno Rojas
  • Nixon: “Cuando el presidente hace las cosas no son ilegales […] cometí errores […] estuve involucrado en un encubrimiento […] defraudé a la gente americana…”.

“Se terminó mi vida política”, comenta Richard Nixon a David Frost durante la última entrevista, que sostienen en Smith house, con el afamado conductor australiano del programa televisivo Talk Show.
En la cinta cinematográfica La entrevista del escándalo, se recupera dicha entrevista donde el ex presidente Nixon enfrenta su último reto político con el fin de salvar su imagen después de haber renunciado a la presidencia de los Estados Unidos por mentir, acorralar y vigilar al grupo demócrata.
A pesar de la renuncia, Nixon no aceptó su responsabilidad y mucho menos pidió perdón por ella a la ciudadanía estadounidense, sin embargo, Frost (un conductor de televisión al que no le apostaban mucho como entrevistador) logra que el ex presidente de los EE.UU. acepte su culpa ---hasta cierto límite—al mencionar: “Cuando el presidente hace las cosas no son ilegales […] cometí errores […] estuve involucrado en un encubrimiento […] defraudé a la gente americana…”.
La entrevista se volvió noticia, a pesar de que en un principio nadie quería adquirirla (pues Nixon no se merecía ni un poco de atención de la ciudadanía), se vuelve en uno de los trabajos periodísticos más polémicos e interesantes de la historia.
El ex presidente estadounidense no pidió perdón, pero reconoció haber cometido errores y más aún, declaró que estos no eran ilegales cuando eran hechos por el presidente, es decir, no negó haberlos realizado sino defendió la legalidad de tales actos.
La entrevista se llevó a cabo en cuatro partes durante tres días: la primera correspondió a quién era Nixon como persona, padre de familia y amigo; la segunda, tocaría el tema de Vietman y las intervenciones estadounidenses en la guerra; la tercera, manejaría políticas exteriores, tema donde Nixon se veía beneficiado por haber ayudado a mandatarios; y finalmente, en la cuarta parte el temido tema del caso Waterwate sería expuesto.
La entrevista, última batalla de Nixon, representó también un reto para Frost quien estaba acostumbrado a sencillas personalidades y a no trabajar directamente en sus entrevistas, si no contratar a un grupo de personas que elaboraran las preguntas.
La falta de conocimiento de Frost permitió que el ex presidente de los EE.UU. ganara las primeras dos intervenciones teniendo el control del tiempo y manejando a su antojo los temas, yendo y viniendo entre experiencias buenas e interesantes realzando así, su lado amable.
Pero justo en el tema Waterwate, la última batalla de Frost, éste se recuperó y realizó una entrevista directa, concisa, controlando el tiempo, agresiva, guiando a su entrevistado, y todo ello gracias a haber trabajado el tema, ha haberse preparado un poco antes de su aparición con amplia sonrisa en pantalla.
La entrevista del escándalo es una interesante película que se centra en la vida de Nixon después de su renuncia y particularmente, en una entrevista en la cual dejaría firmado su ultimátum, y donde se demuestra que un buen trabajo periodístico se da gracias a la preparación, estudio, trabajo, agresividad y constancia: elementos que llevan a buenos resultados por complicado que se vea el panorama.