25 de agosto de 2008

Nota informativa

¿Racismo en México hacia los anfitriones de los Juegos Olímpicos?
Por Karina Moreno Rojas

¤ Aún en el marco de los juegos olímpicos “se sigue recreando un imaginario negativo hacia los chinos”: Jorge Gómez Izquierdo.
¤ México teme a China por su competitividad y poder económico.

México (Aunam) 20/08/08. Jorge Gómez Izquierdo, miembro del Sistema Nacional de Investigadores, comentó que aún en el marco de los juegos olímpicos “se sigue recreando un imaginario negativo hacia los chinos” y, aseguró que en gran parte los medios de comunicación actuales son responsables de “la imagen satanizada de China” que se tiene en nuestro país.
Durante la conferencia que ofreció en el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM titulada El racismo hacia los chinos en México, mencionó que a lo largo de la historia mexicana se han desatado motivaciones raciales en contra de estos orientales, ya sea a través de pensamientos denigrantes respecto al físico, la moral, lo espiritual y la inteligencia de los chinos, como consecuencia del movimiento antiracial chino en Estados Unidos, o por la idea añeja de la época de la conquista sobre la pureza de sangre teniendo miedo a la degeneración racial.
En la actualidad, por desgracia, la situación continúa aunque en menor grado. El doctor por la Universidad Libre de Berlín destacó que los chinos siguen siendo víctimas de propaganda negativa difundida por los diversos medios comunicativos, ejemplo de lo anterior es la mofa que hacen de ellos durante las cápsulas informativas con motivo de los Juegos Olímpicos en una de las televisoras más importantes del país.
Otros ejemplos: la promiscuidad relacionada a las sociedades chinas pues según una investigación elaborada por Durex, son éstos los del porcentaje más grande como consumidores de condones sólo equiparable con los brasileños. Por otra parte, la relación que se les hace con juguetes peligrosos (por tóxicos) para niños.
De igual forma la idea de que “China es una amenaza para las Américas, no solamente por su mano de obra barata, sino por su tecnología y economía […] además, afecta el comercio artesanal por medio de la piratería” incluso adoptando y creando imágenes de la Virgen de Guadalupe, símbolo meramente mexicano, detalló Gómez Izquierdo.
La población china llegó al continente Americano a las poblaciones de Jamaica, Estados Unidos, Perú y Cuba. Precisamente de la isla cubana llegaron a México durante el siglo XVIII “para satisfacer las necesidades de hacendados y mineros” que se quejaban de no contar con mano de obra suficiente. Resultaron seres perfectos al ser “dóciles, sumisos, manipulables y aptos para los trabajos mecánicos”, informó el autor de Los caminos del racismo en México publicado por Plaza y Valdés.
A partir de ese momento los chinos comenzaron a multiplicarse. De 1895 a 1910 el crecimiento de la población oriental fue representativo con más de 6000 individuos en el país, pero justo durante el periodo de la Revolución Mexicana y hasta la llegada del general Lázaro Cárdenas del Río se desarrolló un proceso de expulsión y maltrato a la población limitando su existencia a menos de 3000.
Por mencionar algunos aspectos, de 1919 a 1921 se dio una ola de expulsión con Álvaro Obregón –siendo Sonora el estado líder en ello-, en 1928 con el presidente Plutarco Elías Calles se creó un dispositivo legal para “defender la pureza real mexicana bajo el lema ‘unidos deschinatizaremos a México’”, afirmó el también profesor en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Y añadió: “bajo la tutela del Partido Mexicano Revolucionario se crearon comités de salud pública pro raza” mismos que pretendieron que el gobierno delimitara el número de chinos por población; buscaron la expulsión de aquellos que fueran sorprendidos jugando azar, traficando o consumiendo drogas e incluso que tuvieran enfermedades contagiosas como el veriveri y la zarna; y promovieron la prohibición de matrimonios, relaciones conyugales y relaciones sexuales con chinos.
El autor del libro Estudios sobre el racismo en México: enfoques persistentes, antecedentes y estado de la cuestión, expresó que los intelectuales de la época revolucionaria consideraban que los hijos concebidos con chinos no sería físicamente aptos, además pensaban que “un ser que estéticamente es feo no puede ser bueno” por lo que se inculcó la creencia de que eran “malévolos” y sometían a sus mujeres mexicanas forzándolas a actividades de esclavitud.
Aunado a esto, por ignorancia a la cultura china, se les tachaba de drogadictos, por consumir opio, y locos que no valoraban la vida ya que se mataban constantemente –un aspecto que para ellos representaba honor para los mexicanos de la época significaba cobardía o estupidez-. De igual forma se les prohibía llevar a cabo actividades económicas como el comercio de alimentos porque se pensaba que contagiaban sus enfermedades.
Según precisó el ponente, de 1910 a 1930 principalmente, se incitó a la propaganda nacionalista usando como pretextos el aumento de desempleo porque los chinos lo arrebatan a los mexicanos, la agresividad de la raza oriental al explotar y prostituir mujeres, más la idea de considerarlos seres ambiciosos, insalubres que viven amontonados en pocilgas, destructores del amor familiar a través de la poligamia, dóciles por cobardía, consumidores de porquerías como reptiles y ratas, etcétera.
En la actualidad, sostuvo Jorge Gómez Izquierdo, “hay un gran temor a China, a la raza amarilla por la alta competitividad que representan”, miedo que es alimentado hasta la fecha por un pensamiento negativo hacia ellos responsabilizándolos del desempleo y del desastre económico en México.