2 de mayo de 2008

Resumen sobre Seminario de Estudios Avanzados

Conservadurismo derechista
Por Karina Moreno Rojas

¤ ¿Existe la izquierda y la derecha en México?
¤ El conservadurismo, característica de las posturas políticas actuales.
¤ Los políticos católicos integristas son representantes de la derecha e izquierda radical.
¤ Los medios de comunicación considerados como: arcaicos, interesados, antidemocráticos, manipuladores y principales culpables de la ignorancia y desinformación de la gente.

México 1º de mayo del 2008. A sólo algunos días de haber terminado el Seminario de Estudios Avanzados: ciclo de primavera 2008 en el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM titulado Gobierno, derecha moderna y democracia en México, mismo que fue coordinado por Roger Bartra y Francisco Valdés Ugalde, las conclusiones siguen en el aire y aún no se sabe si existe democracia y derecha moderna en México.
Hay que comenzar por precisar lo que se propuso respecto a la derecha y la izquierda mexicanas. El primero que se lanzó al ruedo fue Juan Molinar Horcasitas, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, quien se pronunció a favor de la dicotomía entre izquierda y derecha al tener por “valores entrañables” a la igualdad y la libertad respectivamente.
Definió lo que él llamó las “libertades liberales” que son: libertad de expresión, libertad de asociación y libertad de empresa. La pregunta es ¿en cuál cabe la libertad de la mujer para decidir practicarse un aborto?, creo que, como Jorge Alcocer le dijo, “la derecha sufre incomodidad con las verdaderas libertades”.
Sesiones posteriores, Teresa Ortuño, senadora por el Partido Acción Nacional (PAN) desde el año 2006, aseguró la inexistencia de etiquetas que diferencien a la izquierda y la derecha y se autodefinió como “optimista” en pro del beneficio de la sociedad, pues “no estoy a favor de la indefinición… hay que ser distintos y distinguibles” y planteó ésta nueva clasificación, creo que pensó que a falta de dicotomías había que inventar una.
“Espero que no se sientan los de derecha identificados con el PAN, pero sí los demócratas” afirmó la panista y comentó que, aunque les consideren de derecha porque están en contra del aborto y de la Ley de Convivencia, no lo son, pues promueven cambios en pro de la población mexicana.
Salvador Abascal, hermano de Carlos María Abascal, también reconoció la dicotomía izquierda-derecha a la cual definió como “una dinámica de formas más o menos reduccionistas de proyectos políticos contrarios”, aunque no abundó en el tema.
Jorge Alcocer, consejero de la Comisión Ejecutiva de Negociación y Construcción de Acuerdos (CENCA), al igual que Molinar y Abascal, se pronunció a favor de la dicotomía izquierda-derecha y criticó a ésta última tachándola de poco laica. “El Estado laico es algo que simplemente no pasa por la garganta de los panistas” propuso, por lo que temas como el aborto y la Ley de Convivencia representan verdaderos tabúes.
Habló del conservadurismo derechista dando varios ejemplos del presidente Vicente Fox y, recientemente los gobernadores de Jalisco y Guanajuato que han construido iglesias con el dinero del erario público. Disculpó el conservadurismo de la izquierda como una desafortunada herencia del Partido Institucional Revolucionario (PRI).
Ahora entonces, hay que partir de la idea que tanto derecha como izquierda se caracterizan por ser conservadoras. Al respecto, Francisco Valdés Ugalde, presidente del Consejo Superior de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), expresó que cuando hay intereses de por medio, la izquierda y la derecha se unen para protegerlos. Por ello, el progresismo y el conservadurismo no son características distintivas de la izquierda y la derecha respectivamente, sino elementos de ambas.
Por su parte, Macario Schettino, director del área de Negocios del periódico El Universal, aseveró que en México no existen los paridos liberales, sólo conservadores y, así continuará hasta que la población decida cambiar su pensamiento.
Es decir, que hablar de derecha e izquierda no es posible pues hay una mezcla entre ellas “y es que todos cuando tienen privilegios acaban queriendo conservarlos”. Ambos grupos proponen cambios pero también los frenan cuando afectan sus intereses particulares, “no hay partidos liberales en México, puros conservadores”.
Para Alfonso Lujambio, presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) y Roger Bartra, investigador emérito del IIS, la ideología integrista y la exaltación de la identidad nacional son lastres que sufre “el corazón de la vieja derecha”, que desgraciadamente la identifican al ser sus características primordiales.
Muy a pesar de que Bartra mencionó que la diferencia entre izquierda y derecha en estos momentos residen en la economía de mercado (que sería un tercer lastre), reconoció que los dos anteriores determinan la ideología derechista al prevalecer el dogmatismo y lo antimoderno. Respecto a la exaltación de la identidad nacional planteó que en la cultura popular es donde los políticos refuerzan y apoyan sus posturas ideológicas, por eso la importancia.
Lujambio expuso lo que él considera el inicio de la transición del PAN hacia un partido moderado que sea de centro o centro derecha y aclaró que esto sucede desde 1965 con los panistas abstencionistas, liderados por Adolfo “Crisli” Ibarrola entonces presidente del partido. Posteriormente consideró: “el PAN vive una transición… pero hay un integrismo que sobrevive… coincido [con Bartra] que son lastres para la derecha panista la ideología integrista y la identidad en un pensamiento doctrinal”.
Rodrigo Guerra López, catedrático del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana, reconoció el “lastre” del conservadurismo o ideología integrista. Tanto la “derecha e izquierda que son interpretaciones políticas de la política” han olvidado la defensa de la dignidad humana, sobre todo la derecha que se ha hecho pragmática y de un conservadurismo puro a pesar de estar basados en la perspectiva cristiana.
Soledad Loaeza definió a la izquierda y la derecha como etiquetas que ayudan a las personas a identificar las categorías políticas, a organizar la realidad y darle continuidad a los personajes. “La percepción de los polos políticos están bien identificados”, gracias a eso “se produjo una polarización ideológica en la ciudadanía” desde el 2000 reafirmándose en el 2006.
Contrariamente a todo lo anterior, Enrique Krauze, presidente de Clío y director de la revista Letras Libres, manifestó su inconformidad frente al vacío y pobreza conceptual dividiendo en derecha e izquierda, e instó a la posición académica ha discernir más no adjetivar o conceptualizar.
“Hay una pobreza conceptual a mi parecer reprobable”, pues a lo largo de la historia ha habido una hibridación entre supuestas derechas e izquierdas, términos que acuñan los académicos a ideologías políticas contrarias; lo verdaderamente relevante es “tener ideas prácticas y benéficas para la sociedad”.
“Los intelectuales de izquierda no aceptan que pueda haber una derecha moderna” destacó Jorge Castañeda, ex secretario de Relaciones Exteriores del 2000 al 2003, es por esto que se hizo latente el odio hacia Vicente Fox, porque él representó el fin del priísmo y el cambio a la democracia a través de la derecha y no de la izquierda revolucionaria; lo poco culto que era el expresidente fue el pretexto para atacarlo, sino ¿por qué no atacaron a otros presidentes de igual forma ignorantes como Luis Echeverría? Y sin más al respecto, Castañeda dejó sus propuestas sin profundizar en definiciones y conceptos.
Hasta el momento, todos los participantes definieron a la izquierda y la derecha como posturas políticas contrarias para identificación social, de las cuales, la derecha se caracteriza por el conservadurismo o ideología integrista y su íntima relación con los preceptos católicos.
Por tanto, no se puede dejar afuera un tema importante: la Iglesia, mismo que también salió a relucir durante el seminario. Para empezar hubo una fuerte critica hecha por Fernando González, doctor en Ciencias de la Educación por la Universidad de París e investigador del IIS, hacia las sociedades reservadas mejor conocidas como El Yunque y su vinculación directa con Acción Nacional.
“La discusión no es saber si existe o no existe… sino saber cómo existe” El Yunque. Saber qué tipo de influencia tiene sobre las decisiones en materia pública como el rechazo al condón, la despenalización del aborto, el uso de la píldora del día siguiente, la eutanasia, entre otros. “El Yunque tiene el absoluto poder del PAN… y está metido en grupos empresariales”, recalcó.
Al respecto, Valentina Torres Septién, directora del Posgrado de la Universidad Iberoamericana, planteó que la educación privada, íntimamente relacionada con la Iglesia Católica en México y con El Yunque, es de derecha porque defiende el tradicionalismo, lo pasado, lo dogmático, busca conservar su ideología moralizante y sus privilegios.
“La Iglesia durante mucho tiempo ha luchado como defensora de la verdad… temía que al faltarles la educación doctrinal, las mentes de los niños se harían perversas” y olvidarían los principios morales y mandamientos religiosos que celosamente protege. Además, “al ser servidora de todos los hombres apela a su innegable derecho de crear escuelas para educar”. Por ello, la institución intentó la derogación del Artículo Tercero Constitucional en varias ocasiones, externó Torres Septién.
Ahora bien, se dijo que El Yunque es la parte política vinculada al catolicismo, entonces será importante considerar lo que Eduardo Ibáñez, investigador en Ciencias Políticas, propuso como políticos católicos. Éstos son “católicos que forman parte de la clase política y que aceptan su catolicismo” de manera pública. En México se desenvuelven bajo tres rubros: como católicos integristas, liberales o sociales.
Los católicos sociales “plantean el diálogo… están a favor de la democracia y son intransigentes”. Son los grupos a los que se les conoce como “uniones demócratas cristianas”.
Los integristas “son aquellos que ante varios acontecimientos plantean dinámicas de resistencia al cambio…son muy nacionalistas”, apoyan a los grandes monopolios, se ayudan de acciones paramilitares y simpatizan con la monarquía y gobiernos dictatoriales. Son conocidos como “conservadores radicales” que residen tanto en la derecha como en izquierda, y precisamente son los lastres de los que Bartra y Lujambio hablaron.
Finalmente, los católicos liberales no mezclan su fe privada con el discurso social, es decir, son creyentes pero no promueven las ideas católicas en las que creen. A éste grupo corresponde “la mayoría de los políticos mexicanos”, afirmó Ibáñez.
Ahora bien, que tal algunos ejemplos de católicos integristas que asistieron al seminario. Para comenzar Rodrigo Guerra, ya antes mencionado, el cual propuso la recuperación del “humanismo político” al cual definió “como el interés por el otro, los valores utilitarios y la convivencia fraternal y digna entre los seres humanos”.
Y un mejor ejemplo, con una solución para la política mexicana muy parecida a la anterior, fue Salvador Abascal, miembro activo del PAN desde 1962, quien sugirió la recuperación del servilismo político hacia la sociedad y el respeto a la dignidad humana a través de su proyecto “humanismo trascendental”, donde se propone entre otras cosas: la complementariedad de los individuos, la igualdad, la solidaridad, la justicia, la participación, la convivencia y la democracia.
En síntesis, los intereses particulares, la conservación de privilegios y de un pensamiento dogmático integrista han hecho de la extrema derecha e izquierda sus principales representantes. Justamente esos intereses tiene una estrecha relación con los medios fácticos, de manera particular con los medios de comunicación, a los cuales les llovió duro y tupido en el seminario, al considerarlos arcaicos, interesados, antidemocráticos, manipuladores y principales culpables de la ignorancia y desinformación de la gente.
Por un lado, Francisco Valdés mencionó, “no hay intención del ciudadano [de participar] por propagandismo y falta de información” lo cual remite a los medios de comunicación y a su falta de responsabilidad. “Los medios que tenemos parecen del pleistoceno”, pues se remiten a la parte dictatorial de los años 60.
Krauze los llamó antidemocráticos al tener “líderes de opinión caudillista con ideología hegemónica y vacío conceptual al dividir en derecha e izquierda”, mismo que excluyen y descalifican a quienes no comparten su forma de pensar y hacer política.
Y Salvador Abascal los tachó de manipulares y culpables de la desinformación e ignorancia que la mayoría de los mexicanos posee. “Hay que analizar el poder fáctico” que tiene gran relevancia económica, ideológica y cultural y que maneja a su antojo, a partir de sus intereses, programas de entretenimiento e informativos para proporcionar sólo lo que desea que los pobladores sepan, señaló.
Curiosamente, en un seminario donde se supone que se hablaría de democracia en México, ya que hasta el título lo propone, nunca se dijo nada. A lo sumo cuando Krauze les dijo antidemocráticos a los medios, o cuando la senadora Ortuño pidió a los demócratas identificarse con el PAN, o podría ser cuando Abascal lo menciona como una característica del “humanismo trascendental”, o que tal cuando Francisco Valdés hace referencia a la decepción de los mexicanos respecto a la democracia dando pie a la existencia de partidocracia y menor participación electoral, o quizá cuando Castañeda hizo referencia a la transición democrática a través de la derecha con la llegada del PAN a la presidencia.
La democracia nunca se definió, no se supo si hay o no en México, si está en transición o ya es un hecho desde hace tiempo, no se dijo sus características ni sus propósitos, a lo más se le mencionó como la “palabra bonita” que todos quieren incluir en sus discursos porque presupone algo benéfico para la sociedad, sin aclarar qué es lo que ofrece.

Nota informativa

LOS LASTRES DE ACCIÓN NACIONAL
Por Karina Moreno Rojas

¤ Concluyó el Seminario de Estudios Avanzados del IIS
¤ Bartra reconoce la existencia de católicos liberales, Lujambio discrepa.
¤ El PAN en transición hacia un partido moderado desde 1965.

México (Aunam) 28/04/08. Alfonso Lujambio, presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) y Roger Bartra, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS), coincidieron en que la ideología integrista y la exaltación de la identidad nacional son lastres que sufre “el corazón de la vieja derecha”.
Durante la última sesión del Seminario de Estudios Avanzados: ciclo de primavera 2008 titulado Gobierno, derecha moderna y democracia en México, con sede en el IIS de la UNAM, Bartra aseguró que son tres los lastres de la derecha mexicana representada por el Partido Acción Nacional (PAN): la tradición católica integrista, la exaltación de lo nacional y el sector económico.
Por su parte, Lujambio afirmó: “son lastres para la derecha panista la ideología integrista y la identidad en un pensamiento doctrinal”. Y precisó que “el PAN vive una transición… pero hay un integrismo que sobrevive”.
Bajo el nombre Los lastres de la derecha, Bartra, coordinador del seminario junto con Francisco Valdés Ugalde, explicó que la derecha vive una crisis importante, pues desde el punto de vista de la tradición católica integrista, “lo moderno es contemplado como una amenaza” y el dogmatismo prevalece al priorizar “la necesidad de una enseñanza religiosa” para los niños.
“La derecha necesita valores absolutos para existir”, por ello hay rechazo al aborto, al matrimonio entre personas del mismo sexo, a la eutanasia, etcétera, pues defiende “la inalterabilidad de lo tradicional”, puntualizó.
Respecto a la exaltación de la identidad nacional, el doctor en Sociología por la Universidad Sorbona de París y miembro del Sistema Nacional de Investigadores mencionó que, en la cultura popular o identidad nacional es donde los políticos refuerzan y apoyan sus posturas ideológicas. Como ejemplo ofreció el caso del Partido Institucional Revolucionario (PRI), que legitimó su gobierno y autoridad basado en la identificación con el sector popular.
“Debemos de evitar la identificación popular para sostener la idea del dogmatismo en política, ya que provoca enfrentamientos y hace enemigos”, aseveró el ponente y dio preámbulo al tercer punto a analizar: el sector económico como lastre de la derecha.
Al respecto comentó que “el asalariado progresista [campesinos, obreros]” son excluidos y atropellados por los intereses de la derecha política, misma que se diferencia de la derecha social. Y definió a la primera como aquella “que usa recursos religiosos para legitimarse” y se ubica como contraria a las ideas de izquierda.
Bartra destacó, “estos aspectos fueron útiles flotadores, digo que son lastres hoy en día… quizá antes ayudaron para los votos, pero apelar a ellos actualmente no es útil… son lastres”
El autor del libro Culturas líquidas en la tierra baldía (2006) manifestó, “hay una derecha que va en bicicleta y otra en Cadillac”, es decir, que existe una derecha conservadora y otra liberal. “El viejo autoritarismo sigue presente… solamente el fortalecimiento de una izquierda democrática y de una derecha liberal [católicos liberales] puede llevar a un buen gobierno”, concluyó.
Contrariamente, Lujambio declaró “creo que no existen los católicos liberales”, si son liberales sólo son eso y no católicos al mismo tiempo. Durante su ponencia expuso lo que él considera el inicio de la transición del PAN hacia un partido moderado que sea de centro o centro derecha.
Planteó que los panistas abstencionistas de 1965, que estaban bajo la tutela de Adolfo “Crisli” Ibarrola, eran moderados. Estos pensaban que no debían participar en las elecciones de cualquier nivel, pues al no hacerlo el PRI (el partido oficialista) “se vería en aprietos” ya que necesitaban de partidos contrarios para legitimarse. El grupo participantista, pensaba lo contrario.
Gracias a que “Crisli” puso como condiciones para que Acción Nacional compitiera “que sus iniciativas sean dictaminadas y que no haya más fraudes al partido”, de 1962 a 1965 no se le cometió un sólo fraude electoral y más de 15 iniciativas fueron dictaminadas.
Es así, que con Adolfo “Crisli” Ibarrola al frente de la presidencia del PAN, al cual Lujambio consideró “el personaje más importante” que ha tenido el partido, se renuevan los conceptos principales de la doctrina panista al considerar: nación, persona, Estado, enseñanza, trabajo, economía, municipio y política y, agregando nuevos como: orden internacional, democracia, partidos políticos, familia y justicia. Al mismo tiempo que se eliminaron: orden, iniciativa, propiedad y derecho existentes de 1939 a 1965.
El ex Consejero del Instituto Federal Electoral (IFE), señaló que un concepto importantes es: Partidos políticos que “lleva a la pluralidad, idea que “Crisli” sostenía como ’diversidad de corrientes de opinión’… es una respuesta a los políticos integristas que lo odiaban” por negociar y no regirse por los preceptos católicos.
Posteriormente relacionó lo anterior con el contexto actual. Expresó que se puede llegar a negociaciones y acuerdos a través del diálogo “el problema son los extremos de la izquierda y la derecha que no permiten esa negociación”.
Añadió: “el PAN vive una transición… pero hay un integrismo que sobrevive”. Más adelante detalló “coincido [con Bartra] que son lastres para la derecha panista la ideología integrista y la identidad en un pensamiento doctrinal”.

27 de abril de 2008

Nota informativa

Desilusión intelectual con el PAN en la presidencia
Por Karina Moreno Rojas

¤ La ignorancia de Fox, pretexto de los intelectuales del odio hacia él.
¤ “La educación de la Iglesia es de derecha”: Valentina Torres Septién.

México (Aunam) 21/04/08. La salida del Partido Institucional Revolucionario (PRI) de la presidencia en el año 2000 por vía de los derechistas, representó una desilusión de los intelectuales izquierdistas pues esperaban que la “transición a la democracia” fuera por parte de la izquierda. Esto es la principal razón por la cual no se acercaron a Vicente Fox llegándolo a odiar, declaró Jorge Castañeda, ex secretario de Relaciones Exteriores de 2000 al 2003.
Por otra parte, Valentina Torres Septién, directora del Posgrado de la Universidad Iberoamericana, planteó que la educación privada, íntimamente relacionada con la Iglesia católica en México, es de derecha porque defiende el tradicionalismo, lo pasado, la conservación de la fe y la moral.
Ambos se presentaron en la penúltima sesión del Seminario de Estudios Avanzados: ciclo de primavera 2008 llamado Gobierno, derecha moderna y democracia en México, coordinado por Roger Bartra y Francisco Valdés Ugalde con sede en el Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
En ésta, Castañeda explicó las razones por las que hubo uniformidad por parte de los intelectuales y académicos con respecto al desprecio contra Fox. La primera es la “gran desilusión por la salida del autoritarismo priísta no por la izquierda sino por la derecha” representada en el Partido Acción Nacional (PAN). Y añadió, “Fox se convertía en un usurpador, porque no permitió la transición a la democracia por la izquierda sino por la derecha”.
La segunda razón es el origen de Fox, una persona “que aglutinaba todos los males… tenía características reprobables”, como ejemplos: los artefactos religiosos utilizados por él durante eventos públicos o ser el ex gerente de Coca-Cola.
La tercera se refiere a sus nulos conocimientos. “Fox era ignorante, inculto, medio mal hablado… era un iletrado”, aseguró el colaborador regular de los diarios Reforma, El País y New York Times. Un personaje con botas de charol que no sabía expresarse correctamente, pues discriminó a los negros y pronunció mal el nombre del escritor Jorge Luis Borges en el Congreso de la Lengua Española en Valladolid, donde fungía como representante de México.
Como cuarto punto está “la exclusión para escuchar intelectuales”, rodearse de ellos integrándolos en su gabinete fue algo que casi no se vio a excepción de la presencia del mismo Castañeda y de Francisco Valdez Ugalde. Por ello, nadie (ni sus propios secretarios) hablaban con Fox y los acuerdos no se daban por la falta de diálogo.
“Los intelectuales llegaron a detestar a Fox porque era detestable… fue un mal gobernante de principio a fin”, recalcó el autor, junto con Rubén Aguilar, del libro La diferencia (2008). Destacó que lo importante es, que los intelectuales no atacaron antes a otros presidente de igual forma ignorantes como Luis Echeverría Álvarez, quien al preguntar “quién mató al mar muerto fue motivo de burla durante los seis años de su gobierno”.
“Los intelectuales de izquierda no aceptan que pueda haber una derecha moderna”, es por esto que se hizo latente el odio hacia Vicente Fox Quesada, porque él representó el fin del priísmo y el cambio hacia la democracia a través de la derecha y no de la izquierda revolucionaria; lo poco culto que era el ex presidente fue el pretexto para atacarlo, concluyó Castañeda.
Bajo el título Derecha y educación en el siglo XX, Torres Septién expuso el papel de la Iglesia católica en la educación de México y aseveró que hay mayor cantidad de escuelas privadas, donde se imparte educación religiosa como La Salle (785 según estadísticas del 2003), que públicas (337).
Las principales diferencias entre éstas son dos: la gratuidad de las públicas frente al cobro de las privadas y la impartición de clases religiosas en éstas últimas “para inculcar ideología”. Esto se relaciona con El Yunque, que es el poder católico metido en la política, los cuales buscan educar ahí a sus hijos con la intención de formar a los próximos gobernantes que al llegar al poder impongan la religión a la toda la sociedad.
“La Iglesia durante mucho tiempo ha luchado como defensora de la verdad… temía que al faltarles la educación doctrinal, las mentes de los niños se harían perversas” y olvidarían los principios morales y mandamientos religiosos que celosamente protege. Por ello la institución intentó la derogación del artículo tercero constitucional en varias ocasiones, afirmó la ponente.
“La educación de la Iglesia es de derecha” porque defiende el tradicionalismo, lo pasado, lo dogmático, busca conservar su ideología moralizante y privilegios. Además, al ser “servidora de todos los hombres apela a su innegable derecho de crear escuelas para educar”, agregó la ex directora del Departamento de Historia en la Universidad Iberoamericana.
Y comentó que aunado a lo anterior, se desarrolla una problemática relevante: “la idea de la educación sexual… que se entiende [por la Iglesia] como el combate a lo moral e incapacidad de educación de los padres”.

Nota informativa

¿Existe democracia en México?
Por Karina Moreno Rojas

¤ El Estado actual de la democracia en México. Retos, avances y retrocesos: un análisis del proceso democrático en México.
¤ La metamímica, problema de representatividad.
¤ La mediocracia responsable del desprestigio político
¤ “Hoy los partidos son un desierto intelectual”: Luis Salazar

México (Aunam) 17/04/08. El Estado actual de la democracia en México. Retos avances y retrocesos es el libro más reciente coordinado por Fernando Castaños, Julio Labastida y Miguel Armando López Leyva que propone un análisis de lo que es la democracia, cuál y cómo ha sido su transición y en qué instituciones y circunstancias descansa actualmente en México.
Según Fernando Castaños los puntos centrales del mismo son: definición de democracia y la transición hacia ella, el proceso histórico, el abandono de la representación política y la posterior demanda contra los representantes.
Durante la presentación del libro llevada a cabo en la Casa de las Humanidades, Rogelio Hernández, doctor en Ciencia Política por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, mencionó que el libro tiene reflexiones institucionales complementadas con estudios teóricos de la democracia como la representatividad y la liberalismo.
Y agregó, “la democracia es una forma de convivencia social y política” y entorno a ésta “puede decirse que el conflicto depende de la singular circunstancia de que los cambios políticos que produjo la democracia, no son traducidos en cambios institucionales que definan las facultades de los poderes” y el exceso del uso de ellos que impiden la colaboración entre grupos “y apunta a un necesario rediseño institucional”.
Por su parte, René Millán, investigador titular del Instinto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, advirtió que “lo electoral ya no es suficiente para consolidar la democracia misma” aspecto comentado en el libro y del cual parten tres análisis: el tema de las instituciones y su solidez para desempeñarse, el impacto de los procesos democráticos a nivel partidos y sociedad y la importancia de las elecciones.
Reconoció y recomendó dos aspectos de la obra: las funciones del presidente ligadas al tema de las decisiones electorales y el fortalecimiento de la Suprema Corte de Justicia para no depender del gobierno; así como reflexiones sobre la Reforma Fiscal acontecida durante el sexenio de Vicente Fox.
Finalmente, resaltó el trabajo de López Leyva, quien en el libro “lo que trata es el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador” y propone “una idea metamímica… que supone un problema de representación, pues se basa en el procedimiento religioso de la encarnación”. Es decir, la encarnación del pueblo en un líder; lo anterior causará que el pueblo pierda confianza en quien lo representa y sea incapaz de exigirle cuentas.
“Buena aportación para pensar nuestros dilemas, enigmas y preocupaciones políticas”, declaró Luis Salazar, presidente del Instituto de Estudios para la Transición Democrática, respecto al libro y añadió que alrededor de la democracia se vive en nuestro país una sensación de insatisfacción.
Así mismo, afirmó que la transición democrática siempre tuvo el conflicto de no saber hacia donde ir y cuáles eran las metas a lograr. Propuso que gracias a la globalización neoliberal se ha dado una desacreditación de lo público y por tanto de las instituciones.
A su vez, ese “desprestigio está ligado a los medios fácticos tanto económicos, mediáticos y sindicalistas” que se han convertido en verdaderos poderes capaces de dañar la imagen del Estado. “Son medios perversos que pueden rentar cualquier política según sus intereses”, puntualizó.
Esa mediocracia tiene la tarea principal de entretener y “desprestigiar cualquier intención política más o menos razonable”, detalló el ponente y ofreció como ejemplos “el decrecimiento del peso del debate intelectual en la política mexicana” y la falta de interés de diputados y senadores en libros de ésta índole. “Hoy lo partidos son un desierto intelectual”, por eso “la declaración es tan pobre… porque nuestro políticos no saben argumentar” generando así, desconfianza ciudadana.
Con lo anterior se busca evitar toda comunicación para no permitir acuerdos entre los grupos. Esto puede llevar “a una crisis política”. Justamente el libro, obtenido a partir del Seminario: Perspectiva Democrática, “demanda la imparcialidad de académicos con capacidad de incidir en la realidad política”, argumentó el columnista de la revista en línea Etcétera.
Por último, la Directora del IIS y moderadora de la presentación señaló que la obra “es un reto de la academia para construir conocimiento y pidió apoyo a la difusión de temas que determinan el rumbo del país”.