25 de febrero de 2008

Nota informativa

Arreola, “un gran maestro del cuento”: Beatriz Espejo

Por: C. Karina Moreno

24 de febrero 2008. Con motivo de la XXIX Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, la maestra de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Beatriz Espejo Díaz, dio una conferencia acerca de uno de los más grandes escritores de literatura ficticia mexicana: Juan José Arreola.
Dicha conferencia se llevó a cabo en el auditorio Sotero Prieto a las 12 horas del domingo. Misma que tuvo lugar por los noventa años del natalicio de autor jalisciense nacido el 21 de septiembre de 1918 en Zapotlán el Grande (hoy Ciudad Guzmán), y muerto en Guadalajara en el 2001.
En entrevista con Beatriz Espejo, a la interrogante de cómo definiría en una frase a Juan José Arreola respondió “como un gran maestro del cuento”.
Espejo se encargó de hacer remembranza de las vivencias del escritor mexicano, recalcando sus aportaciones a la literatura y los aspectos inéditos en su vida: “era un hombre de escolaridad corta, sólo estudió formalmente al cuarto año de primaria”, declaró.
El autor de Hizo el bien mientras vivió nació en un matrimonio sencillo y artesanal formado por Felipe Arreola y Victoria Zúñiga. Fue un aprendiz autodidacta; escribió sus primeras obras a los nueve años, dejando que el lápiz se deslizara sobre el papel elaborando un poema para cada estación del año.
“Lo que nos enseñó fue el respeto a la página en blanco” comenta Espejo cuando critica a aquéllos que se dicen ser escritores y redactan mal.
El también periodista Arreola, quién trabajó desde 1941 en el periódico El Occidental de Gudalajara como editor, e impulsó la creación y vida de la revista Pan (sólo tres números) y Eros (con siete números publicados), se dio a conocer en el ámbito literario por “dejar fluir su imaginación, para deleite suyo y para deleite de todos” (Borges, Biblioteca Personal de Borges).
Arreola fue reconocido por su fantasía y su sentido del humor, llegando a crear pequeños cuentos de terror que parecen más frases sarcásticas que llevan a la risa, pues poseía “un sentido del humor muy agudo” comenta la ponente.
El autor de Inventario, contó con una basta cantidad de obras que publicó en diferentes medios. Dentro de las más importantes se encuentran: Sueño de Navidad (1941), Hizo el bien mientras vivió (1943), Confabulario (1952), La hora de todos (1954), Punta de plata (1958), Confabulario total (1962), Bestiario (1972), Inventario (1976), entre otras.
Fue uno de los más galardonados en diversos festivales y ferias, entre ellos: recibió el Premio Jalisco en Literatura en 1952, el Premio del Festival Dramático del Instituto Nacional de Bellas Artes en 1954 por La hora de todos, en 1963 recibe el Premio Xavier Villaurrutia por las ediciones de Confabulario (del cual existen tres), la Presea de Reconocimiento de parte del Grupo Cultural José Clemente Orozco la recibe en 1969, en 1979 le dan el Premio Nacional de Letras, en 1992 le otorgan el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, más tarde recibe el Premio Alfonso Reyes en 1997 y un año después el Premio Ramón López Velarde, por mencionar algunos.
“Ayudaba con generosidad a los jóvenes” declara Beatriz Espejo. De hecho en 1964 se inició como profesor en la UNAM, además de dirigir para entonces la Casa del Lago. “Constantemente estaba enseñando… su plática era vastísima” comenta.
La ponente rescató detalles personales del literato mexicano: “era claustrofóbico, además de tener miedo a las multitudes… la mayoría de los libros de su biblioteca eran científicos, no novelas como se creería… fue enamoradísimo… era un hombre de sorpresas, vivir con él era divertido” indicó.
Contrariamente aunque sin sorprendernos, siendo Arreola un escritor mexicano, es más leído en otros lugares tales como Moscú según informó la que en otro tiempo fuera discípula de Arreola.
Al preguntarle en entrevista qué representó para ella como lectora las obras de Arreola mencionó “para mí su persona y su obra fueron un ábrete sésamo, me llevó hacia mi vocación literaria y es una persona que como maestro me dejó una onda y profunda huella amorosa”.
Para cubrir el ciclo de los Noventa Años del Nacimiento de Juan José Arreola, el mismo domingo a las tres de la tarde se dio la lectura dramatizada del libro Bestiario, y para finalizar con el ciclo, el lunes 25 de febrero a las 16:00 horas habrá otra lectura dramatizada del libro Confabulario.







24 de febrero de 2008

Cultura mediática y poder mundial de Dénis Moraes

LO DE HOY… HOLDING


En la actualidad la información y mercancía de cualquier tipo (artículos, conocimiento, entretenimiento y demás) corre a velocidades impresionantes. Para ello se ha entrado a una nueva etapa de crecimiento para las empresas, quienes buscan abarcar cada vez más (en lo que a venta se refiere) y tener mayores ganancias.
Tenemos ante nuestros ojos lo que MacLuhan llama la aldea global y lo que Armand Mattelart define como sociedad de la información, pero a mi parecer con una conceptualización más amplia, abarcando no sólo el intercambio de información y acontecimientos, sino también la cultura de los pueblos, y con ello los productos culturales (música, literatura, cine, moda, etc.)
Entramos a la era de la cultura globalizada, donde impera aquella de mayor posicionamiento y poder económico; contrario a lo que Eric Hobsawn define como sincretismo cultural “al argumentar que hay una integración de variantes locales de la cultura global, y no un conflicto entre ellas”[1].
Ya no es importante la proximidad entre la producción y el consumo, la globalización permite que todo llegue a todos. Entonces, resulta importante para las empresas tener variación en sus productos y centralización o liderazgo en las ventas (nula o poca competencia).
De ahí la idea de crear Holding donde las corporaciones más importantes se unen para controlar y repartirse el mercado, agrupándose “intereses de los más diferentes sectores de la economía… y establecer prioridades, directrices, planes de innovación y parámetros de rentabilidad para las subsidiarias y filiales” tal y como afirma Dénis Moraes en su libro Cultura Mediática y poder mundial.
Lo que se hace entonces es crear productos atractivos al público consumidor, que llenen sus expectativas siendo de tipo local (regionalismo), sin olvidar la producción y consumismo masivos (gusto por lo ajeno, internacionalización). “La holding valora una red corporativa formada por elementos complementarios, pero mantiene una ascendencia sobre el todo…”, en palabras de Moraes.
Vivimos en un mundo donde las riquezas, el poder y el control se centran en unos cuantos. Sólo una decena de empresas manejan a su antojo el mercado, se reparten a los consumidores y ponen precios topes para que a todos les convenga, así eliminan a la competencia, absorbiéndola o exterminándola. Pues ya lo menciona la autora “la formación de bloques inter-empresariales se consolida como recurso para competir en posición de fuerza… se trata de una reconcentración de capital en inversiones industriales de largo alcance geográfico”.
Las empresas grandes absorben a las pequeñas y únicamente competirán contra otras de gran tamaño, o en su defecto, negociarán para repartirse a la clientela. “Ellas procuran alcanzar una magnitud y cualidad de los recursos (humanos, materiales y de infraestructura social) necesarios a la investigación y para asegurar condiciones de producción… razones suficientes para establecer alianzas que tienen como objetivo reducir, compartir y distribuir costos y pérdidas (minimizar riesgos) en la investigación científica y en su traducción tecnológica, en el diseño de proyecto, en el desarrollo de nuevos productos y en la producción”[2]
Pero hay varios inconvenientes con el holding. Además de las nulas oportunidades de competitividad sana, se da el conjunto de despidos. Con la unión de empresas se necesita menos personal y, con la intención de ganar más y hacer más ricos a los de por sí ricos dueños, se prescinde del trabajo de muchas personas, como especifica la autora “se ignora cualquier preocupación sobre los costos sociales”.
Refiriéndome al campo que más nos interesa por razones del curso, “el ramo editorial es controlado por diez mega firmas que son: Berrelsmann, Time Warner, Viacom, News, Pearson, Hacherre, McGraw-Hill, Reed Elsevier, Wolters Kluver, Thompson y Rizzoli-Corriere Della Sera”[3].
Finalmente puedo decir que gracias a la globalización, la cultura se ha vuelto mercado. Sólo importa el negocio que se hace de ella, las ganancias que genere, pero no el impacto social ni la identidad que procura, se vuelve en mercancía capaz de venderse al mejor postor.

[1] HOBSBAWN Eric citado en Cultura mediática y poder mundial de Dénis Moraes. P. 65.
[2] MORAES Dénis, Cultura mediática y poder mundial, p. 69 y 70.
[3] IBID., p. 73.
FUENTE:
MORAES Denis de, Cultura mediática y poder mundial, México, Grupo Editorial Norma, 2005, p. 59-74.