18 de mayo de 2008

Nota informativa

Mujeres con poder
Por Karina Moreno Rojas

¤ Beneficencia, labor de las mujeres.
¤ “La Primera Dama es una función, no una persona”: Sara Sefchovich
¤ Dos tipos de mujeres en política: las que acompañan al poder y las que lo poseen.

México (Aunam) 8/05/08. Para Sara Sefchovich, articulista semanal del periódico El Universal, existen dos tipos de mujeres dentro de la política mexicana: aquéllas que acompañan al poder y las que poseen poder en sí mismas.
Con motivo de la tercera sesión del ciclo de conferencias titulado Temas actuales de la sociedad mexicana, que se lleva a cabo en la Casa de las Humanidades, la también comentarista del programa Monitor aseguró que a lo largo de la historia el papel del sexo femenino cercano al poder “era y sigue siendo hoy, hacer beneficencia… cuidar huérfanos, viejitos, cuidar heridos… todas las mujeres lo han hecho desde el virreinato hasta la actualidad”.
Y añadió que el voluntariado no es una gratuidad de las esposas de los presidentes, sino una obligación del Estado y de las instituciones. “La Primera Dama es una función, no una persona”.
Sefchovich ha realizado estudios sobre las mujeres con poder desde el virreinato (siglo XVIII). Ha estudiado aquéllas del siglo XIX, periodo al que consideró “el más oscuro para las mujeres, porque se creía que tenían que estar en la dulce penumbra de la casita” y, al siglo XX, el cual señaló ser el más importante, debido a que en éste es cuando tiene mayor relación e influencia con el poder.
Inició su relato con la historia de Sara Pérez, esposa de Francisco I. Madero. Esta pareja fue la primera en compartir el poder de forma pública. “Sarita organizó las agrupaciones Hijas de Cuauhtémoc”, que eran mujeres revolucionarias interesadas en las problemáticas políticas del país.
La doctora en Historia por la UNAM, aclaró que fue precisamente con Sara Pérez que se dio paso a las obligaciones de las ahora conocidas “primeras damas”, término inventado por los estadounidenses para referirse a la pareja de George Washington en añoranza a las monarquías europeas abandonadas.
Las obligaciones mencionadas fueron: hacer beneficencia “que representa el trabajo oficial”, compartir las críticas que reciben sus maridos y sobre todo realizar campañas que rescaten el altruismo, pues lo más importante es lo simbólico, es decir, que la ayuda y regalos que ofrecen las esposas de los presidentes aparenten ser la solución a las problemáticas sociales, aunque no se acabe en realidad con la desnutrición, la pobreza, el hambre, el desempleo, etc.
La conferencista afirmó que la primera dama en hacer labor diplomática fue María Tapia, segunda esposa de Álvaro Obregón. Posteriormente, llegaron a escena mujeres de bajo perfil como: Natalia Chacón, consorte del presidente Plutarco Elías Calles, seguida por Josefina Ortiz, cónyuge de Pascual Ortiz Rubio.
No fue sino hasta la presidencia de Emilio Portes Gil cuando su esposa, Carmen García González, “formó La gota de leche, que es el lejano origen del Desarrollo Integral de la Familia (DIF)”, éste ayudó a niños pobres y necesitados, aunque efectivamente no terminó con la miseria mexicana, pero aparentaba hacerlo.
Durante el siguiente sexenio que tuvo como representante del poder ejecutivo a Abelardo L. Rodríguez, Hilda Sulivan, su compañera, encabezó dos misiones: la primera fue una campaña en toda América Latina para reverenciar las banderas; y la segunda, fue escribir un libro dirigido a las madres mexicanas que constantemente sufrían por pobreza y la muerte de sus hijos enfermos, mismo en el que “les daba consejos para que no se les murieran sus hijos… comer frutas y verduras, tener una habitación para cada hijo, alimentarlo bien…”, comentó sarcásticamente Sefchovich.
A la llegada de Lázaro Cárdenas a la presidencia, el gobierno sufrió fuertes cambios, no así las funciones de la primera dama, doña Amalia Solórzano, misma que ni siquiera tuvo el permiso de su esposo para intervenir en la política mexicana, pues a consideración de éste “las mujeres no son elegidas por la gente, sino el mandatario” expresó la investigadora de tiempo completo desde hace 30 años del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
Soledad Orozco, doña Chole pareja de Manuel Ávila Camacho, “fue una mujer movidísima, hizo muchas campañas para repartir regalos a los pobres… recibió a Roosevelt y a su esposa… le puso calzones a la Diana Cazadora”, además de que en su época se creó el 10 de mayo como Día de las madres en respuesta a las movilizaciones femeninas del norte del país.
Cabe mencionar que “todas las esposas de los presidentes han sido fervientes católicas… muy religiosas” y han mantenido una relación muy estrecha con la Iglesia, excepto el matrimonio de Cárdenas pues sólo se casaron por el civil, por ello se puede entender la exageración del pudor al tapar a la Diana Cazadora, argumentó la autora de Demasiado amor (1991).
Posteriormente, Beatriz Velasco Mendoza, casada con el ex presidente Miguel Alemán, no hizo gran cosa, sólo creó Pro Nutrición, institución que se encargó de cumplir con las funciones de beneficencia que toda primera dama debía hacer. De igual forma, María Isaguirre, consorte del presidente Ruíz Cortines, cumplió con sus obligaciones de ayuda a los desprotegidos, además de ser la primera mujer que votó.
Sefchovich manifestó que la mujer de Adolfo López Mateos, Eva Sámano, fue una de las más importantes, pues creó “un instituto enorme” el Instituto Nacional de Protección a la Infancia (INPI). Mismo que al siguiente sexenio desaparecería debido a caprichos de la esposa del presidente Gustavo Díaz Ordaz, Guadalupe Borja, quien fundó el Instituto Mexicano de Atención a la Niñez (IMAN) y le quitó financiamiento al INPI con la intención de dejarlo en el olvido al igual que a su creadora.
Durante el sexenio de Luis Echeverría, María Esther Zuno, su cónyuge impulsó un programa de protección a la niñez, “otro de capacitación para parir y trabajo de voluntariado… y creó las fábricas de Nutrim para darle galletas nutritivas a los niños dentro de los desayunos escolares”.
José López Portillo y su “esposa”, Carmen Romano, se “vuelven a juntar para la presidencia”. Ella se deshizo del voluntariado y creó Fonapas (Fondo Nacional para Actividades Sociales) un “programa musical que fortaleció a la niñez”, planteó la ganadora de Mención Honorífica por el Club de Periodistas en México en 1997.
Y agregó “a Paloma Cordero, compañera de Miguel de la Madrid, no le quedó otra cosa que el bajo perfil… ser muy discreta” pues tuvo como antecesora a una mujer controvertida como lo fue Romano; sin embargo, cumplió con sus obligaciones heredadas e incluso se interesó por sectores poco vistos anteriormente como los viejitos, los adolescentes y las adicciones.
Otra de perfil muy bajo fue Cecilia Ocelli, desposada con Carlos Salinas de Gortari, misma “que nunca le hizo quedar mal a su esposo, pero él sí le hizo pasar momentos muy malos”, ya que a ella le cobraron todas las deudas de su marido, tuvo que tolerar la infidelidad de Salinas y, además, éste nunca le agradeció sus acciones de beneficencia durante los informes de gobierno.
Ahora bien, el caso de Nilda Patricia Velasco, cónyuge de Ernesto Zedillo Ponce de León, es peculiar, “ella llega prácticamente por accidente y entra en pánico… no quiere, cree que van a matar a Zedillo”. Se la pasó acompañando a su esposo a todos lados y causó con esto problemas de protocolo. “Ella de plano abandona el DIF… sino desapareció fue por las esposas de los gobernadores que se partieron el alma”, indicó Sefchovich.
Y llegó el 2000 y con él lo insólito en México: un presidente soltero, Vicente Fox Quesada. Más adelante se casó con la señora Martha Sahagún, que más allá de las actividades de beneficencia, hizo política, pero se olvidó de los proyectos anteriores pues “ella sola quería cambiar a México” y ayudar a los niños, ancianos, mujeres, indios, inmigrantes, etc.
“Hoy tenemos a una mujer de bajo perfil desgraciadamente”, pues Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón Hinojosa presidente de México, entró a la política antes que su marido y es una mujer preparada, precisó la articulista. También lamentó mucho su poca participación pública y la influencia que tiene que hacer detrás del reflector, debido a que su antecesora, Martha Sahagún, fue una mujer extremadamente controvertida.
“¿Por qué parimos mujeres sumisas y controvertidas?”, preguntó la ponente a manera de conclusión. Acto seguido, puntualizó la existencia de dos tipos de mujeres: aquéllas que sólo acompañan al poder estando detrás de sus maridos e influyendo de forma velada, mismas que pueden ser de bajo perfil o controvertidas; y las que tiene el poder en sus manos por sí mismas como Beatriz Paredes, Elba Esther Gordillo o Amalia Hernández, grupo del cual saldrá, sostuvo, la posible primera presidenta de México.

Crónica

La última venta puma del torneo
Por Karina Moreno Rojas.

Con las banderas ondeando y los negocios puestos, se aprecia al estadio olímpico universitario lleno de “pumas” que sin importar el fuerte sol e ignorando las gotas de sudor que resbalan por sus caras, esperan con ansia en la taquilla el momento de pedir su boleto para tener acceso al que podría ser, el último enfrentamiento del equipo del Tuca Ferretti.
“¿Todavía tienes de pebetero?... dame dos”, solicita un joven en taquilla a pesar de los letreros que anuncian que los boletos en pebetero están agotados. Pero su poco interés en estos últimos le ha permitido obtenerlos y, con una sonrisa en el rostro, toma a su novia de la mano para dirigirse hasta la entrada de acceso al estadio.
“Pásele barato, aquí sí reina, todo barato… la playera azul a 80 ¿se la muestro?, aguas frescas, mire no más a 20 el par lleve los bonitos aretes pumas, de a 100 la gorrita amiga, ¿lo maquillamos joven? Para que se vea que usted si es puma…”, éstos son algunos de los tantos comentarios que se escuchan alrededor del estadio. Es todo un mercado de productos futbolísticos, hay tenis, playeras para grandes, niños y bebés, calcetines, bufandas, gorras, llaveros, plumas, lentes, collares, almohadas, chanclas, paleacates, sudaderas, pans, etcétera. Y no pueden faltar las garnachas, los antojitos, las tortas “de a 15”, los refrescos, aguas, paletas, esquites, elotes, chicharrones, sopes, entre otros.
En las entradas, la vigilancia y revisión es excesiva, “¿acaso somos delincuentes o qué?”, pregunta una señora muy molesta después de ver que sus hijas son revisadas al extremo, incluso tienen que quitarse los pasadores o cucas que portan en la cabeza para detener sus paleacates. Al llegar al acceso número 30, nuevamente hay una fila para otra revisión. El paso es lento. Se escuchan los goyas y gritos de aliento al equipo universitario, la gente se desespera:
--¿cómo es posible que haya otra revisión?
-- que no ves que de éste lado esta la rebel, la seguridad es mucho más pesada, nos vamos a tardar en entrar.
--pero ya está el himno
--ni modo, ¿Qué quieres que haga?
Por fin, dentro del estadio se abandona el bullicio de la venta oportuna de quienes se ganan la vida abaratando productos durante cada torneo de Clausura, el 2008 no ha sido la excepción; sin embargo, adentro hay que lidiar con otra lucha, encontrar un lugar donde instalarse.
Al caminar por los pasillos, pasando de la puerta 30 a la 29 y de nuevo regresando a la 30, se percibe un olor fuerte y desagradable: “mota, están fumando mota, ¡ya ni la chingan!”, exclama un papá molesto mientras observa a su esposa y carga a su niño, llevándolos en sentido contrario a la porra de la rebel.
El partido, Pumas contra Pachuca, comienza. La gente grita y se emociona, los pumas se lanza con todo pero los logros son pocos, aunque hay llegadas no se concreta la jugada y todo se queda en “ya merito lo metían”. Los vendedores de papás, cueritos, palomitas, tortas, cervezas, aguas y refrescos obstruyen la visión de unos, mientras otros solicitan su venta “¡ey papas! por aquí ¿a cuánto? ¿20? Que pinches caras, ¿pues que hacen, me ponen buenote?”.
“Así no, pégale fuerte, ay burro, que así no… del otro lado… tener que salir campeón en éste año, ustedes ponen los huevos y yo alentando, hace mucho tiempo la vuelta yo quiero dar vamos pumas no me pueden fallar, vamos UNAM, vamos UNAM, vamos UNAM…”, se escucha cantar a una niña no mayor de siete años, misma que, con su mano derecha levantada y moviéndola al ritmo de la porra y con su gorra puma que apenas si le recoge los cabellos que le molestan en la cara, grita y se enoja porque Esteban Solari “no más está de güey”.
A pesar de los intentos y de las buenas actuaciones del portero veterano Sergio Bernal, Pumas no consiguió ningún punto. Se creyó que Francisco Palencia podía hacer el milagrito entrando en el minuto 79 pero no, aunque el jugador tuvo buenas intervenciones, el tiempo no le alcanzó para coronarse con un gol.
La afición molesta, grita en descuerdo con las decisiones que el Director Técnico de los Pumas a determinado al sacar a Sambueza y meter a Iñiguez en el minuto 66, “¡no la chingues Tuca! Mejor saca al pendejo de Solari, ni se mueve, parece cojo”.
Sin un gran espectáculo por parte de los dos equipos, el encuentro termina con un decepcionante 0-0. Los Tuzos se retiran preocupados, en espera del desenlace del partido Puebla-Atlante, mismo que les determinará su pase a la liguilla.
Por su parte, los Pumas agradecen a su fiel y benévolo público que a pesar de presenciar poca actividad futbolística de calidad durante todo el torneo Clausura 2008, apoyan a su equipo con su acostumbrado “cómo no te voy a querer, cómo no te voy a querer…” al cuarto para las dos y, poco después “no pasa nada, no pasa nada a la salida se los lleva la chingada”. Con 20 unidades Pumas queda fuera de la liguilla. Pachuca con 22 tiene la esperanza de aún acceder a ella.
El desalojo del lugar es lento. Todos los aficionados pumas, quemados de los brazos y rostros, con hambre y fastidiados ante un sol que deslumbra y acalora sin distinciones, tienen que esperar la retirada de los pocos asistentes tuzos.
Un pleito atrae la atención de quienes esperan tener la oportunidad de salir por el túnel 30. Una mujer vestida con licras negras y playera azul puma coloca sus playeras para vender en una de las gradas cercanas al túnel. Los asistentes tratan de avanzar y le pisan sus playeras, el hombre que acompaña a la mujer avienta a quien antes piso la mercancía, la trifulca inicia. Un policía se acerca y mientras la mujer le explica “la necesidad enorme” que tiene de vender al mismo tiempo que saca más playeras, los hombres continúan insultándose “no sabes con quien te estás metiendo estúpido”, dice uno y el otro le responde “porqué venden adentro, el estadio es para ver fútbol, vendan a fuera como todos los demás”.
La fila hacia el túnel 30 comienza a avanzar. Atrás se quedan los reclamos y enojos. Al cruzar la puerta de acceso, de nuevo el bullicio. La gente compra a pesar de que su equipo empató y quedó eliminado para la liguilla. La emoción esta presente y a todos se les ha olvidado los pleitos, la mota, el ruido de los vendedores, los precios tan altos, el sol desgastante, el hambre y sobre todo, la pésima actuación de los Pumas durante todo el torneo, “ahora pues a esperar el próximo año, a ver si corren con más suerte”, expresan algunos pumas.

Guía para la publicación de libros de Datus C. Smith

Para vender, hay que saber…


Es importante reconocer el valor que representa el departamento de ventas, al cual quizá se le debería conocer como de distribución, pues sus preocupaciones y funciones no se limitan a la parte económica, sino que va más allá cumpliendo con la satisfacción de hacer llegar un libro de calidad a los diversos consumidores.
Como menciona el autor Datus Smith en el libro Guía para la publicación de libros, el proceso de comercialización “tiene la misma validez para un instituto de investigación que para una institución no lucrativa, preocupada no necesariamente por la venta, sino por hacerlos llegar [los libros] a los lectores… la labor de este departamento debe ser vista con respeto… por la satisfacción de necesidades sociales. Si no hay lectores, no existe justificación para la existencia de la industria editorial.”[1]
Ahora bien, hay diversas formas de vender un libro. Según el tipo de clientes tenemos: 1) los individuales, 2) las instituciones, 3) vendedores al menudeo y 4) mayoristas. Los individuales son aquellos que tienen acceso al libro a través de promociones, internet, librerías propias de la editorial, distribución masiva, clubes, sistemas de suscripción, entre otros.
Con instituciones nos referimos a las escuelas y bibliotecas principalmente, que piden una gran cantidad de libros en volúmenes de miles, esto es por razones de uso, es decir, se solicitan libros de texto, de consulta, para niños y de alfabetización, todos ellos representan facilidades de textos de apoyo para los aprendices o consultores de la biblioteca.
Los vendedores al menudeo son las librerías, clubes de libros, por correo o suscripción y ambulantes. Estos venden el producto a los interesados de forma personal y de uno por uno. El caso de los mayoristas es otro muy distinto, son como intermediarios entre el consumidor y las editoriales, ciertamente no venden de forma directa e inmediata al público, pero se encargan de que éste consiga lo que desea a través de las instituciones o vendedores al menudeo.
De forma específica los mayoristas representan un gran negocio y facilidades, pues muchas veces cuentan con almacenes y bodegas que disminuyen los costos de la editorial en el momento de hacer llegar los libros hasta las librerías o instituciones o demás solicitantes. Además, cada mayorista representa una amplia posibilidad de hacer llegar el material de las editoriales a más puntos de ventas, pues como menciona el autor “ni la editorial más grande puede establecer contacto permanente con todos los vendedores del país, pero un mayorista que distribuye libros de muchas editoriales sí puede hacerlo”[2]. Cabe mencionar que los dos últimos tipos de vendedores reciben descuento de parte de las editoriales.
Una vez instalado el libro en el sitio de venta, el siguiente paso será el proceso que se desenvuelve para dicha venta. Éste consta de tres puntos: la promoción, la obtención de pedidos y la entrega de los mismos.
A través de la promoción se logra que el cliente conozca la existencia del libro, el tema que maneja y las virtudes que posee y que puedan resultar de su agrado o como un material valioso que le permita conocer más o despejar dudas y necesidades. De lo que se trata es de realzar las cualidades de la obra para convencer al cliente de que la compre.
El siguiente paso es la obtención de pedidos. Aquí las editoriales mandan a librerías, bibliotecas, escuelas y demás lugares propicios para la venta de libros, a un grupo de personas conocidos como representantes de venta, que justamente lo que representan, son los intereses de las editoriales, por lo que viajan en busca de nuevos clientes que se interesen en el consumo de los productos que están ofreciendo, es decir, hará una segunda labor de convencimiento (a pesar de haber sido utilizada eficazmente la publicidad). Por cada libro vendido obtendrá una comisión ya antes determinada por el grupo editorial que lo contrató.
Acto seguido, y después de una intensa labor de convencimiento a los clientes, el paso siguiente es la preparación y entrega de los pedidos. A grandes rasgos esto se refiere a empacar y enviar los libros solicitados hasta donde serán vendidos, todos ellos con su factura correspondiente.
El principal problema que se presenta en este punto del proceso es el almacenamiento de los libros, pues éstos son muy frágiles y se maltratan fácilmente, no se diga si hay a su alrededor humedad o se llegan a mojar por alguna razón… todo lo anterior generarán gastos representativos para la editorial, desde el dinero que gaste para empacar y enviar hasta los tratamientos de cuidado y mantenimiento que se debe ofrecer a los libros, como es el hecho de pastas duras o de dobles camisas contra el polvo. Al respecto, otro conflicto que llegan a enfrentar las editoriales es la devolución de libros que se dañaron al estar en exhibición, así como los medios de envío.
Y si de problemas se trata, hay muchos más que toda editorial debe tomar en cuenta si lo que quiere es salir triunfante en su venta, recuperar lo invertido e incluso obtener ganancias de su producto.
“La exportación genera problemas de tales dimensiones que muchas editoriales deciden no intervenir directamente en este terreno y dejan todo en mano de intermediarios… algunos factores que afectan el desarrollo del mercado de exportación”[3] son sin duda: las diferencias idiomáticas, los obstáculos políticos, la censura y los factores económicos.
En cuanto al idioma, éste restringe el espacio de exportación, pues no tendrá caso preparar y llevar un libro a algún lugar del planeta donde nadie lo comprará porque no lo logra entender. Al respecto cabe mencionar que el español es el idioma número uno de exportaciones en América Latina y el inglés a nivel mundial.
De los obstáculos políticos podemos mencionar: la exportación es distinta según el lugar que se visita, por lo tanto, los aspectos legales, económicos, culturales y sociales tiene un gran peso, pues pueden limitar o motivar a la observación del trabajo. De hecho, por esta razón en muchas ocasiones se utiliza a terceros países como intermediarios.
Finalmente, la censura y los factores económicos también serán representativos. Del último punto podemos ofrecer como ejemplos “las dificultades para la obtención de divisas, las diferencias entre el tipo de cambio de los precios al consumidor, la aplicación de tarifas e impuestos de importación, el costo de envío y su seguro, las dificultades para cobrar al cliente en el extranjero y el prolongado periodo de tiempo…”[4].
No podemos dejar pasar desapercibido el ISBN, Internacional Standard Book Number, conocido también como Número Estándar Internacional de Publicaciones, que es un código especial que llevan todos los libros y que sirven como forma de identificación de cada uno de ellos. “Consta de 10 dígitos, de los cuales los primeros indican el idioma y los restantes a la editorial y al título”[5].
Un aspecto relevante la forma de cobranza a las librerías, bibliotecas y demás clientes que la editorial tenga. Ésta siempre ha de ser bien intencionada, con respeto y honestidad y en la cual valdría la pena ser flexibles y condescendientes en tiempos de pago, pues de eso dependerá que en futuras adquisiciones tengan en cuenta a la editorial.
Entraremos en un campo muy importante para las ventas: los factores que influyen en ellas y que determinan la producción y obviamente, la venta del producto. Como factores ajenos determinados por personas que no tienen que ver directamente con el libro, se consideran: la calidad, el prestigio del autor, la actualidad del tema tratado y lo atractivo de su diseño, elementos que ya fueron analizados en apartados anteriores, en los cuales los protagonistas fueron el editor, el corrector de estilo, el diseñador, entre otros.
Los factores, que afectan en cuestiones de ventas de libros son: el precio al público, el descuento, el crédito, la posibilidad de devolución, la promoción, el servicio y la calendarización.
El precio al público, yo lo considero como el elemento más importante, sin quitar méritos a los demás; en realidad pienso que es el que más influye debido a su proximidad con el consumidor, del precio dependerá, en muchas ocasiones, la decisión de comprar o no un libro, revista, etc. Antes que nada se deberá considerar las necesidades e intereses del público sobre el libro que se ofrece, a mayor necesidad mayor puede ser el precio porque se sabe que será comprado.
Otro elemento a considerar es el precio de las empresas competidoras, si ellas lo tienen más barato y es de la misma calidad, la pérdida de dinero será devastadora y ni siquiera se podrá recuperar lo invertido. Otros parámetros a considerar son: el precio en función de los costos de producción (para recuperar mínimo lo gastado o invertido) o precio por página, la manufactura y la comercialización, el descuento a libreros y consumidores y la probabilidad de agotar la edición o de quedarse con libros (conocido como punto de recuperación, pues se debe obtener mínimo el dinero que fue invertido, y así evitar las pérdidas).
Al respecto uno de los principales errores que las editoriales llegan a tener es el crear ediciones limitadas (según ellos para que no se les queden libros) que son de precios altos; sería mejor crear productos de precios bajos y de gran aceptación dentro de los consumidores, así éstos comprarán bastante y de ésta manera habrá venta suficiente para recuperar lo invertido e incluso tener ganancias.
En cuanto al descuento, sucede que por intentar ahorrarse los descuentos a los libreros, vendedores al menudeo y mayoristas, entre otros, los editores comienzan vendiendo en sus propias librerías (aquellas que pertenecen a la editorial), pero con ello limitan mucho su red de distribución y alcance de venta. Es por esto que al final, se dan cuenta de la necesidad de llegar a más mercados y aceptan negociar.
Como menciona el autor, “cada editorial debe tener en cuenta múltiples factores… 1) el descuento debe ser suficiente para incentivar al comerciante, y mayor si se trata de libros que no tienen una venta asegurada, a diferencia de los que se venden por sí mismos, y 2) igualdad en el trato a libreros que compiten entre ellos por lograr la misma venta y que la editorial necesita conservar como amigos”[6].
El crédito es el plazo o lapso que la editorial ofrece a sus clientes para liquidar sus adeudos luego de haber recibido los libros, aspecto en el cual ya mencionamos que debe ser condescendiente por conveniencia. Dentro de las ventajas principales que ofrece tenemos: “permite al librero con escaza solidez monetaria pedir libros con la esperanza de que algunos serán vendidos y proporcionarán dinero antes de pagar la factura, permite a los libreros de lugares lejanos donde tardan semanas o meses en llegar los pedidos, comprar libros sin amortizar su capital y estimula a los comerciantes para conservar entre sus existencias algunos libros a pesar de no venderlos”[7].
En cuanto al sistema de devoluciones de libros, éste resulta de suma importancia ya que por un lado las librerías, al no vendérseles los libros y representar esto un obstáculos para nuevas adquisiciones, les gustaría regresar las obras no vendidas. Por su parte, la editorial no quisiera aceptar ninguna devolución pues esto representa fracaso y pérdidas. Por ello “a veces se establece la cantidad de devoluciones permitidas como un porcentaje de las compras totales del cliente a lo largo del año anterior… toda editorial prudente debe aceptar los libros que quedan cuando está a punto de terminar una edición”[8].
Como ya vimos, la promoción atraerá compradores por ello su importancia. El servicio que la editorial brinde a la librería también contará. Éste se traducirá en precisión y rapidez para surtir los pedidos, la manera en que se empaquetan los libros para protección de éstos, la puntualidad y la cortesía con que se dirija la editorial.
Por último, la calendarización se refiere al proceso y salida del libro, es decir, tanto de la época del año en que se venderá la obra como de la fecha de producción (tiempos considerados por cada elemento del proceso) y promoción para dar a conocerla.
Finalmente, será relevante en toda editorial (sea grande o pequeña) el tener una buena comunicación entre todos sus departamentos. Por ejemplo, el de ventas puede proporcionar ideas sobre posibles temas de próximos libros por encargo, el trabajo del diseñador e impresor será determinante para el aspecto visual del producto y esto a su vez de la cantidad de ventas. Otro ejemplo, es la relación con el departamento de contabilidad, mismo que se encarga de las cobranzas, cuentas, campañas de promoción y registro de comisiones que afectan directamente el departamento de ventas.
Como se puede ver, es de suma importancia una estrecha relación entre los departamentos, ya que unos necesitan de los otros. Incluso, el departamento más afectado de la mala comunicación es precisamente el de ventas, esto se da por lo general porque se llegan a considerar a sí mismos como el grupo más importante al ser los que ingresan dinero (de recuperación y ganancias) a la editorial; sin embargo, deben considerar que sin el trabajo de los demás y la producción de las obras, su departamento ni siquiera existiría.


BIBLIOGRAFÍA:
SMITH Datus C. Jr., Guía para la publicación de libros, México, Edit: Asociación de Editores de Instituciones de Educación Superior de México y Universidad de Guadalajara, 1966, 1ª edición en español 1991, p. 110-130.

[1] SMITH Datus C. Jr., Guía para la publicación de libros, México, 1966, 1ª edición en español 1991, p. 110.
[2] Ibid., p.: 113.
[3] SMITH Datus C. Jr., OP. CIT., p. 113.
[4] Ibid., p. 115.
[5] [5] Ibid., p. 118.
[6] SMITH Datus C. Jr., OP. CIT., p. 124.
[7] Ibid.
[8] SMITH Datus C. Jr., OP. CIT., p. 125.