18 de mayo de 2008

Nota informativa

Mujeres con poder
Por Karina Moreno Rojas

¤ Beneficencia, labor de las mujeres.
¤ “La Primera Dama es una función, no una persona”: Sara Sefchovich
¤ Dos tipos de mujeres en política: las que acompañan al poder y las que lo poseen.

México (Aunam) 8/05/08. Para Sara Sefchovich, articulista semanal del periódico El Universal, existen dos tipos de mujeres dentro de la política mexicana: aquéllas que acompañan al poder y las que poseen poder en sí mismas.
Con motivo de la tercera sesión del ciclo de conferencias titulado Temas actuales de la sociedad mexicana, que se lleva a cabo en la Casa de las Humanidades, la también comentarista del programa Monitor aseguró que a lo largo de la historia el papel del sexo femenino cercano al poder “era y sigue siendo hoy, hacer beneficencia… cuidar huérfanos, viejitos, cuidar heridos… todas las mujeres lo han hecho desde el virreinato hasta la actualidad”.
Y añadió que el voluntariado no es una gratuidad de las esposas de los presidentes, sino una obligación del Estado y de las instituciones. “La Primera Dama es una función, no una persona”.
Sefchovich ha realizado estudios sobre las mujeres con poder desde el virreinato (siglo XVIII). Ha estudiado aquéllas del siglo XIX, periodo al que consideró “el más oscuro para las mujeres, porque se creía que tenían que estar en la dulce penumbra de la casita” y, al siglo XX, el cual señaló ser el más importante, debido a que en éste es cuando tiene mayor relación e influencia con el poder.
Inició su relato con la historia de Sara Pérez, esposa de Francisco I. Madero. Esta pareja fue la primera en compartir el poder de forma pública. “Sarita organizó las agrupaciones Hijas de Cuauhtémoc”, que eran mujeres revolucionarias interesadas en las problemáticas políticas del país.
La doctora en Historia por la UNAM, aclaró que fue precisamente con Sara Pérez que se dio paso a las obligaciones de las ahora conocidas “primeras damas”, término inventado por los estadounidenses para referirse a la pareja de George Washington en añoranza a las monarquías europeas abandonadas.
Las obligaciones mencionadas fueron: hacer beneficencia “que representa el trabajo oficial”, compartir las críticas que reciben sus maridos y sobre todo realizar campañas que rescaten el altruismo, pues lo más importante es lo simbólico, es decir, que la ayuda y regalos que ofrecen las esposas de los presidentes aparenten ser la solución a las problemáticas sociales, aunque no se acabe en realidad con la desnutrición, la pobreza, el hambre, el desempleo, etc.
La conferencista afirmó que la primera dama en hacer labor diplomática fue María Tapia, segunda esposa de Álvaro Obregón. Posteriormente, llegaron a escena mujeres de bajo perfil como: Natalia Chacón, consorte del presidente Plutarco Elías Calles, seguida por Josefina Ortiz, cónyuge de Pascual Ortiz Rubio.
No fue sino hasta la presidencia de Emilio Portes Gil cuando su esposa, Carmen García González, “formó La gota de leche, que es el lejano origen del Desarrollo Integral de la Familia (DIF)”, éste ayudó a niños pobres y necesitados, aunque efectivamente no terminó con la miseria mexicana, pero aparentaba hacerlo.
Durante el siguiente sexenio que tuvo como representante del poder ejecutivo a Abelardo L. Rodríguez, Hilda Sulivan, su compañera, encabezó dos misiones: la primera fue una campaña en toda América Latina para reverenciar las banderas; y la segunda, fue escribir un libro dirigido a las madres mexicanas que constantemente sufrían por pobreza y la muerte de sus hijos enfermos, mismo en el que “les daba consejos para que no se les murieran sus hijos… comer frutas y verduras, tener una habitación para cada hijo, alimentarlo bien…”, comentó sarcásticamente Sefchovich.
A la llegada de Lázaro Cárdenas a la presidencia, el gobierno sufrió fuertes cambios, no así las funciones de la primera dama, doña Amalia Solórzano, misma que ni siquiera tuvo el permiso de su esposo para intervenir en la política mexicana, pues a consideración de éste “las mujeres no son elegidas por la gente, sino el mandatario” expresó la investigadora de tiempo completo desde hace 30 años del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
Soledad Orozco, doña Chole pareja de Manuel Ávila Camacho, “fue una mujer movidísima, hizo muchas campañas para repartir regalos a los pobres… recibió a Roosevelt y a su esposa… le puso calzones a la Diana Cazadora”, además de que en su época se creó el 10 de mayo como Día de las madres en respuesta a las movilizaciones femeninas del norte del país.
Cabe mencionar que “todas las esposas de los presidentes han sido fervientes católicas… muy religiosas” y han mantenido una relación muy estrecha con la Iglesia, excepto el matrimonio de Cárdenas pues sólo se casaron por el civil, por ello se puede entender la exageración del pudor al tapar a la Diana Cazadora, argumentó la autora de Demasiado amor (1991).
Posteriormente, Beatriz Velasco Mendoza, casada con el ex presidente Miguel Alemán, no hizo gran cosa, sólo creó Pro Nutrición, institución que se encargó de cumplir con las funciones de beneficencia que toda primera dama debía hacer. De igual forma, María Isaguirre, consorte del presidente Ruíz Cortines, cumplió con sus obligaciones de ayuda a los desprotegidos, además de ser la primera mujer que votó.
Sefchovich manifestó que la mujer de Adolfo López Mateos, Eva Sámano, fue una de las más importantes, pues creó “un instituto enorme” el Instituto Nacional de Protección a la Infancia (INPI). Mismo que al siguiente sexenio desaparecería debido a caprichos de la esposa del presidente Gustavo Díaz Ordaz, Guadalupe Borja, quien fundó el Instituto Mexicano de Atención a la Niñez (IMAN) y le quitó financiamiento al INPI con la intención de dejarlo en el olvido al igual que a su creadora.
Durante el sexenio de Luis Echeverría, María Esther Zuno, su cónyuge impulsó un programa de protección a la niñez, “otro de capacitación para parir y trabajo de voluntariado… y creó las fábricas de Nutrim para darle galletas nutritivas a los niños dentro de los desayunos escolares”.
José López Portillo y su “esposa”, Carmen Romano, se “vuelven a juntar para la presidencia”. Ella se deshizo del voluntariado y creó Fonapas (Fondo Nacional para Actividades Sociales) un “programa musical que fortaleció a la niñez”, planteó la ganadora de Mención Honorífica por el Club de Periodistas en México en 1997.
Y agregó “a Paloma Cordero, compañera de Miguel de la Madrid, no le quedó otra cosa que el bajo perfil… ser muy discreta” pues tuvo como antecesora a una mujer controvertida como lo fue Romano; sin embargo, cumplió con sus obligaciones heredadas e incluso se interesó por sectores poco vistos anteriormente como los viejitos, los adolescentes y las adicciones.
Otra de perfil muy bajo fue Cecilia Ocelli, desposada con Carlos Salinas de Gortari, misma “que nunca le hizo quedar mal a su esposo, pero él sí le hizo pasar momentos muy malos”, ya que a ella le cobraron todas las deudas de su marido, tuvo que tolerar la infidelidad de Salinas y, además, éste nunca le agradeció sus acciones de beneficencia durante los informes de gobierno.
Ahora bien, el caso de Nilda Patricia Velasco, cónyuge de Ernesto Zedillo Ponce de León, es peculiar, “ella llega prácticamente por accidente y entra en pánico… no quiere, cree que van a matar a Zedillo”. Se la pasó acompañando a su esposo a todos lados y causó con esto problemas de protocolo. “Ella de plano abandona el DIF… sino desapareció fue por las esposas de los gobernadores que se partieron el alma”, indicó Sefchovich.
Y llegó el 2000 y con él lo insólito en México: un presidente soltero, Vicente Fox Quesada. Más adelante se casó con la señora Martha Sahagún, que más allá de las actividades de beneficencia, hizo política, pero se olvidó de los proyectos anteriores pues “ella sola quería cambiar a México” y ayudar a los niños, ancianos, mujeres, indios, inmigrantes, etc.
“Hoy tenemos a una mujer de bajo perfil desgraciadamente”, pues Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón Hinojosa presidente de México, entró a la política antes que su marido y es una mujer preparada, precisó la articulista. También lamentó mucho su poca participación pública y la influencia que tiene que hacer detrás del reflector, debido a que su antecesora, Martha Sahagún, fue una mujer extremadamente controvertida.
“¿Por qué parimos mujeres sumisas y controvertidas?”, preguntó la ponente a manera de conclusión. Acto seguido, puntualizó la existencia de dos tipos de mujeres: aquéllas que sólo acompañan al poder estando detrás de sus maridos e influyendo de forma velada, mismas que pueden ser de bajo perfil o controvertidas; y las que tiene el poder en sus manos por sí mismas como Beatriz Paredes, Elba Esther Gordillo o Amalia Hernández, grupo del cual saldrá, sostuvo, la posible primera presidenta de México.

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