30 de abril de 2009

Opinión

La última batalla
Karina Moreno Rojas
  • Nixon: “Cuando el presidente hace las cosas no son ilegales […] cometí errores […] estuve involucrado en un encubrimiento […] defraudé a la gente americana…”.

“Se terminó mi vida política”, comenta Richard Nixon a David Frost durante la última entrevista, que sostienen en Smith house, con el afamado conductor australiano del programa televisivo Talk Show.
En la cinta cinematográfica La entrevista del escándalo, se recupera dicha entrevista donde el ex presidente Nixon enfrenta su último reto político con el fin de salvar su imagen después de haber renunciado a la presidencia de los Estados Unidos por mentir, acorralar y vigilar al grupo demócrata.
A pesar de la renuncia, Nixon no aceptó su responsabilidad y mucho menos pidió perdón por ella a la ciudadanía estadounidense, sin embargo, Frost (un conductor de televisión al que no le apostaban mucho como entrevistador) logra que el ex presidente de los EE.UU. acepte su culpa ---hasta cierto límite—al mencionar: “Cuando el presidente hace las cosas no son ilegales […] cometí errores […] estuve involucrado en un encubrimiento […] defraudé a la gente americana…”.
La entrevista se volvió noticia, a pesar de que en un principio nadie quería adquirirla (pues Nixon no se merecía ni un poco de atención de la ciudadanía), se vuelve en uno de los trabajos periodísticos más polémicos e interesantes de la historia.
El ex presidente estadounidense no pidió perdón, pero reconoció haber cometido errores y más aún, declaró que estos no eran ilegales cuando eran hechos por el presidente, es decir, no negó haberlos realizado sino defendió la legalidad de tales actos.
La entrevista se llevó a cabo en cuatro partes durante tres días: la primera correspondió a quién era Nixon como persona, padre de familia y amigo; la segunda, tocaría el tema de Vietman y las intervenciones estadounidenses en la guerra; la tercera, manejaría políticas exteriores, tema donde Nixon se veía beneficiado por haber ayudado a mandatarios; y finalmente, en la cuarta parte el temido tema del caso Waterwate sería expuesto.
La entrevista, última batalla de Nixon, representó también un reto para Frost quien estaba acostumbrado a sencillas personalidades y a no trabajar directamente en sus entrevistas, si no contratar a un grupo de personas que elaboraran las preguntas.
La falta de conocimiento de Frost permitió que el ex presidente de los EE.UU. ganara las primeras dos intervenciones teniendo el control del tiempo y manejando a su antojo los temas, yendo y viniendo entre experiencias buenas e interesantes realzando así, su lado amable.
Pero justo en el tema Waterwate, la última batalla de Frost, éste se recuperó y realizó una entrevista directa, concisa, controlando el tiempo, agresiva, guiando a su entrevistado, y todo ello gracias a haber trabajado el tema, ha haberse preparado un poco antes de su aparición con amplia sonrisa en pantalla.
La entrevista del escándalo es una interesante película que se centra en la vida de Nixon después de su renuncia y particularmente, en una entrevista en la cual dejaría firmado su ultimátum, y donde se demuestra que un buen trabajo periodístico se da gracias a la preparación, estudio, trabajo, agresividad y constancia: elementos que llevan a buenos resultados por complicado que se vea el panorama.


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