25 de abril de 2008

Nota informativa

El humanismo trascendental: solución de la política mexicana.
Por Karina Moreno Rojas

¤ Inasistencia de Carlos Abascal y Jesús Ortega.
¤ Abascal propone proyecto de rehabilitación de la política al servicio de la sociedad.
¤ Los medios de comunicación son considerados responsables de la ignorancia y manipulación de la opinión pública.

México (Aunam) 14/04/08. Salvador Abascal, miembro activo del Partido Acción Nacional (PAN) desde 1962, propuso la recuperación del servilismo político hacia la sociedad y el respeto a la dignidad humana a través de su proyecto “humanismo trascendental”.
El licenciado y maestro en Filosofía por la Universidad Iberoamericana, se presentó en el Seminario de Estudios Avanzados: ciclo de primavera 2008 del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM titulado Gobierno, derecha moderna y democracia en México, en representación de su hermano Carlos María Abascal, pues éste dijo sentirse enfermo y mandó su ponencia para ser leída.
Por su parte, el otro ponente tampoco asistió. Jesús Ortega, actual militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD), manifestó que debido a la situación actual de su partido, le era imposible encontrarse en condiciones para asistir al debate en dicho Seminario.
Durante la presentación, Abascal mencionó que “para entender al político hay que partir de la idea del ser humano”, porque sin él todo es abstracto incluso la dicotomía izquierda-derecha la cual definió como una dinámica de formas “mas o menos reduccionistas de proyectos políticos contrarios”.
“La política debe ser rehabilitada para ponerla al servicio de la persona”, afirmó el ex diputado federal de 1991 a 1994. Por tanto, aseguró que es debido recuperar el humanismo perdido a lo largo de la historia a través de sistemas e intereses (ejemplos: el nazismo y el fascismo); siempre apoyándose en una realidad descubierta y no inventada, que sea capaz de explicar más no de crear concepciones idealistas por grandes pensadores utópicos.
Y agregó “la imagen que la sociedad tiene de la política tiene que revalorizarse” porque se ha vuelto de intereses “… y la verdadera política es noble, porque atiende las necesidades” y busca los beneficios humanos. Aseguró que todos los hombres son iguales ante la ley y tienen las mismas libertades pues “son hijos del mismo Dios”.
El también ex miembro del Comité Ejecutivo Nacional de 1999 a 2002 y 2005 a 2008, explicó que los derechos que poseen todas las personas no son otorgados por el Estado, éste sólo los reconoce pero son poseídos por “la persona humana” desde que nace.
La solución que ofreció le llamó “humanismo trascendente: la política al servicio de las personas”, donde se propone entre otras cosas: la complementariedad de las personas, la igualdad, la solidaridad, la justicia, la participación, la convivencia y la democracia.
Desde el aspecto económico, el humanismo busca orden, competitividad dentro de la producción y un mejor nivel de vida, donde el centro de interés sea el ser humano y no el capital y, al mismo tiempo se sustente en el conocimiento y en la solidaridad no en las cantidades de dinero. Aunado a lo anterior, el humanismo político se refiere a la transparencia de información y a la igualdad en derechos y obligaciones entre seres humanos, pues “todos somos iguales en dignidad”, consideró Abascal.
Y añadió que por ningún motivo su propuesta se refiere a “una comunidad pastoral” en la cual los gobernantes sean los líderes o guías, como lo expresaron personas del público como crítica a su intervención. De igual forma se le cuestionó respeto a los derechos “naturales” de las personas, mismos que pareciera son otorogados por derecho divino por decir que son poseídos por la persona desde que nace.
“NO creo que sea una pastoral… no nos sentimos pastores, no queremos imponer nada sino exponer”, especificó Abascal. Y recalcó que lo que ofrecen “no son valores absolutos” sino simples convicciones partidistas a pesar de que “si creemos en valores absolutos pero respetamos a los demás… que creemos en Dios sí, yo sí creo pero no lo imponemos”, al contrario “somos abiertos y congruentes con otras ideas”.
Finalmente, hizo una crítica breve hacia los medios masivos de comunicación a los cuales culpó de la desinformación e ignorancia que la mayoría de los mexicanos posee. “Hay que analizar el poder fáctico” que tiene gran relevancia económica, ideológica y cultural y que maneja a su antojo, a partir de sus intereses, programas de entretenimiento e informativos, para proporcionar sólo lo que se desea que los pobladores sepan.

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