12 de octubre de 2008

Lectura (reportaje polémico)

CÍRCULO BOLIVARIANO 17 DE MARZO
29 de mayo de 2003
MANIPULACION INFORMATIVA DURANTE LA INVASION A IRAK

Rescatando a la soldado Lynch
Roberto Bardini (desde México, especial para ARGENPRESS.info)
Los camarógrafos del ejército de Estados Unidos en Irak no tienen nada que envidiarle al director de cine Steven Spielberg, quien en 1998 ganó un premio Oscar por su película Rescatando al soldado Ryan. Y parece que los guionistas de Hollywood han encontrado serios competidores: los especialistas en operaciones psicológicas del Pentágono. Unos y otros exageran o distorsionan la realidad para crear obras de ficción que lleguen al corazón de un público ávido de héroes. O, como en este caso, de heroínas... contra su voluntad.
La pólvora y la imprenta guardan una relación íntima, escribió Oswald Spengler en La Decadencia de Occidente, voluminosa obra publicada en 1922. En aquellos años la industria cinematográfica no estaba muy desarrollada ni existía la televisión. La siguiente historia -que también podría titularse 'Guerra, mentiras y video'- da la razón al historiador alemán. Y confirma una vez más la vieja y archicitada frase del senador norteamericano Hiram Warren Johnson en 1917: 'Al comenzar la guerra, la primera baja es la verdad'.

Comandos al ataque
Escena uno: 23 de marzo. La soldado Jessica Lynch -de 19 años, originaria de Palestine (West Viginia) asignada a la Sección Suministros del ejército de Estados Unidos- viaja en camión por el desierto de Irak. Ella es una de las 35 mil mujeres de uniforme enviadas al país árabe.
Escena dos: El vehículo militar, en el que van 15 soldados de la 507ª Brigada de Mantenimiento, cae en una emboscada tendida por milicianos iraquíes. A pesar de las heridas, Jessica resiste disparando su fusil hasta el último cartucho; no quiere caer prisionera con vida. Los árabes se ensañan con ella y la apuñalan. Sin embargo, la bella guerrera sigue viva.
Escena tres: 30 de marzo. Jessica permanece acostada en el hospital iraquí de Nassariya, llena de fracturas y vendajes. Esta herida de bala en varias partes. Además, tiene rotos un brazo, ambas piernas, pies y tobillos. Es una de los diez primeros soldados estadounidenses capturados por las fuerzas iraquíes en los días iniciales de la invasión terrestre. Lleva una semana sin comer. Los doctores y enfermeras la atienden con desgano. La custodian alrededor de 40 'fedayines'. Uno de ellos, entra, la insulta y le pega cachetadas en el rostro.
Escena cuatro: Un civil llamado Mohammed, de 32 años, está en el hospital visitando a su esposa, que es enfermera. Se conmueve ante el sufrimiento de la joven prisionera que vino a salvar al pueblo iraquí de la dictadura de Saddam Hussein. Escucha que un médico habla de amputarle una pierna. No puede soportar lo que ve y oye.
Escena cinco: Primero de abril. Mohamed recorre diez kilómetros a pie, rumbo al primer puesto militar norteamericano. Llega con las manos en alto, para demostrar que no es enemigo. 'Tengo información sobre una mujer soldado en el hospital', dice. Dibuja un plano para guiar a los compañeros de Jessica.
Escena seis: Noche. Inmediaciones del hospital de Nassariya. '¡Go, go, go!', ordena a los gritos un joven teniente. '¡Go, go, go!', vocifera un recio sargento. Una fuerza conjunta de 'marines', 'rangers' y 'Navy Seal' (Sea-Air-Land: tierra, aire y mar), armados con equipo de visión nocturna y coordinados por la CIA, ataca. Explosiones y disparos. Desconcierto de 'fedayines', médicos y enfermeras. Jessica Lynch es rescatada y llevada en camilla hasta un helicóptero Blackhawk. No hay muertos ni heridos en el comando atacante. (THE END).

Una heroína americana
El 'guión' anterior fue desarrollado con información de las agencias AP, AFP y Reuters publicada en varios periódicos de América Latina. La cadena televisiva CNN exhibió en prácticamente todo el mundo una grabación en video del operativo de rescate, filmado por un camarógrafo del ejército, pobre de luz y con mucho grano. 'Esta es una historia que acabará probablemente en película', expresó emocionada la presentadora de la CNN.
Antes de su salto a la fama, Jessica Lynch había sido asignada a la base de Fort Bliss (Texas), donde cumplió dos años de servicio y había renovado por otros cuatro. Nunca se imaginó que un día le tocaría participar en una guerra.
'América es una nación que no deja a sus héroes atrás', dijo James Wilkinson, vocero del Comando Central del ejército norteamericano en Qatar, al comentar el rescate 'detrás de las líneas enemigas'. Sin embargo, no dio demasiados detalles sobre la operación, ni precisó si las unidades especiales tuvieron que hacer frente a soldados iraquíes armados para poder liberar a Jessica Lynch.
'Algunas almas valientes pusieron sus vidas en riesgo', agregó en tono épico el general Vincent Brooks, quien describió cómo la operación se llevó a cabo a medianoche y exigió la participación de decenas de soldados de élite.
Gregory Lynch, hermano mayor de Jessica y también soldado, manifestó: 'Han hecho un trabajo maravilloso. Sabía que estaba viva y que la iban a rescatar. Aunque no pensé que fuera tan pronto'.
El presidente George W. Bush compartió el entusiasmo de los militares, necesitados de una historia que subiera su moral. Según el portavoz presidencial, Ari Fleischer, Bush celebró el éxito del rescate cuando Donald Rumsfeld, el secretario de Defensa, le transmitió la noticia. 'El presidente está tremendamente orgulloso de la labor del equipo de rescate que puso en riesgo su propia vida para librar a un soldado del cautiverio', dijo Fleischer.
Los equipos de televisión norteamericanos volaron rápidamente a Palestine, el mísero pueblo natal de Jessica en Virginia Occidental, que cuenta con un 15 por ciento de desocupación, una de las cifras más altas del país. La muchacha, según relataron sus familiares, aspiraba a estudiar para maestra de jardín de infantes y firmó un contrato con el ejército sólo para poder costearse los estudios. Ella no aspiraba a llegar a general de brigada: sólo quería ahorrar para obtener un título universitario.
Cuando el Pentágono anunció su rescate, ella se transformó de la noche a la mañana en toda una heroína norteamericana, con todos los atributos de una sociedad de consumo: botones que decían 'America loves Jessica', calcomanías para automóviles, remeras, tazas, canciones country y una película de la cadena NBC para televisión.
El otro héroe casi anónimo, Mohammed, mientras tanto, fue trasladado con su esposa y e hijo de seis años a un centro militar en Umm Qasr, como 'invitado de honor' de Estados Unidos.

Guerra, mentiras y video
La conmovedora historia de acción comenzó a desinflarse siete semanas después, en una especie de sorprendente obra teatral en cinco actos.
Primer acto: El doctor Greg Argyros, quien encabeza al equipo médico que atiende a Jessica Lynch en el hospital militar Walter Reed, en Estados Unidos, declara a la NBC que es muy probable que la soldado nunca recuerde su aventura en Irak. 'No tiene ningún recuerdo de los sucesos desde el momento en que su convoy fue atacado hasta que se despertó' en un hospital iraquí, dice el facultativo. Argyros explica que no se trata de un caso de amnesia, a la que define como 'el olvido de algo que uno sabía'. Explica que la soldado Lynch simplemente no recuerda la emboscada del 23 de marzo en la que fue capturada.
Segundo acto: La cadena televisiva BBC, de Londres, entrevista a los médicos iraquíes que atendieron a Jessica en el hospital de Nassariya.
Los doctores aseguran que ella no tenía heridas de bala, que no recibió maltratos y que hicieron todo posible por curarla de sus fracturas. Además, relatan que se comunicaron con las fuerzas estadounidenses para informarles que los milicianos habían abandonado el hospital el 28 de marzo y avisarles que querían devolverles a la muchacha. Cuarenta y ocho horas antes de su espectacular rescate, una ambulancia iraquí se trasladó hasta las líneas enemigas para entregarles a la paciente, pero debió dar la media vuelta y escapar a toda velocidad porque los soldados invasores les dispararon y por poco matan a su propia camarada de armas.
El doctor Anmar Uday dice a la BBC: 'Nos sorprendió. No había soldados (iraquíes) en el hospital. Fue como una película de Hollywood. (Los invasores) gritaron 'vamos, vamos, vamos', dispararon con balas de fogueo y se escucharon explosiones. Montaron un show: no hubo bajas en ningún bando'. Según Uday, parecía 'una película de acción como las de Sylvester Stallone'.
Tercer acto: La BBC también entrevista a los médicos norteamericanos que atendieron a Jessica ya en territorio de Estados Unidos. Confirman que ella no tenía heridas de bala ni señales de tortura, sino fracturas y lastimaduras causadas por la volcadura del camión en que viajaba.
La BBC asegura que la versión oficial estadounidense que dio la vuelta al mundo sobre la captura, resistencia y rescate de Jessica fue una manipulación de la realidad. 'La historia es una de las piezas más asombrosas del manejo de la noticia jamás concebidas', afirma la cadena de televisión británica.
Cuarto acto: Mohammed -el único testigo que dice haber observado los maltratos a Jessica- resulta ser abogado. Recibe asilo en Estados Unidos y trabaja como lobbista u 'operador' en una empresa de negocios perteneciente a un ex representante legislativo. Se niega sistemáticamente a ser entrevistado por la prensa.
Quinto acto: 'No sé qué sucedió, no recuerdo nada', declara Jessica a los periodistas. Su rostro angelical sonríe con timidez, desvía la mirada, baja la vista. (CAE EL TELON)
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Tomado de ARGENPRESS.info
BARDINI Roberto, Rescatando a la soldado Lynch, http://www.angelfire.com/nb/17m/medios/alrescates.html, miércoles 20 de agosto del 2008, 2:55 a.m.





Salvad a la soldado Lynch
Última modificación 04/02/2007 06:18
Pascual SerranoVersión oficial del Pentágono: El convoy militar de la soldado Lynch es atacado en una emboscada por el ejército iraquí. Tras una resistencia feroz la soldado Jessica Lynch es herida y capturada después de vaciar sus cargadores contra el enemigo. Los iraquíes la llevan a un hospital donde está fuertemente custodiada por el ejército de Sadam. A pesar de ello, un comando de elite norteamericano logra rescatarla en una brillante operación relámpago burlando la vigilancia de los soldados iraquíes.
Hechos reales tras la investigación del Departamento de Defensa: La unidad 507 del Ejército a la que pertenecía la soldado Lych toma una carretera equivocada que le conduce a la boca del lobo, el centro de Nasiriya, debido a que interpretan mal los mapas y a un problema de comunicación con los vehículos de otras unidades. Empiezan a sonar unos disparos, la unidad se dispersa en un absoluto caos dominada por las prisas y el miedo. Unos vehículos se quedan sin gasolina y otros se atascan en la arena. La soldado Lynch resulta herida al volcar su vehículo sin llegar a utilizar las armas. Es trasladada y atendida con esmero en un hospital civil donde no hay presencia militar alguna. Lógicamente el ejército norteamericano la puede rescatar sin ninguna dificultad ni resistencia por parte del personal sanitario del hospital.
Aplíquese este ejemplo a la información sobre la existencia de armas de destrucción masiva, la amenaza terrorista de Sadam Hussein, las intenciones de liberar al pueblo iraquí y el futuro de democracia y reconstrucción que planea EEUU para Iraq.
SERRANO Pascual, Salvad a la soldado Lynch, http://www.pascualserrano.net/7-JULIO-03/12-07-03soldadolych.htm, miércoles 20 de agosto del 2008, 3:09 a.m.
El falluto rescate de la soldado LynchTed Córdova Claure Jueves, 26 de junio de 2003El rescate en Iraq, de la soldado Lynch, no tiene nada que ver con “El rescate del soldado Ryan”, épico film basado en un relato del famoso historiador norteamericano , Stephen Ambrose , - recientemente fallecido-, que fue una gran película, dirigida por el laureado Steven Spielbrg y con el tambien premiado actor Tom Hanks. El “rescate” de Lynch fue un fiasco de la propaganda del Pentágono.
En busca de apoyo para una guerra que nadie ha entendido o aceptado, el gobierno de Bush lanzó una supuesta accion de heroismo bélico tratando de convocar al interés y el patriotismo de los estadounidenses, pero poco a poco se está demostrando que todo fue una falsa historia mal hecha, pretendidamente al estilo Hollywood.
La justificación de Bush, como se debate hoy a nivel mundial, al comprobarse que no encontraron las famosas armas de destrucción masiva que con tanta insistencia anunciaron el presidente Bush y el primer ministro británico Tony Blair, que el dictador iraquí ya disponía... y podía usarlas en cualquier momento.
Pero el ‘rescate” de la soldado Lynch, en Irak, se está transformando en el peor montaje propagandístico del Pentágono sobre la guerra contra Irak, un episodio plagado de falsedades y mentiras que la dinastía Bush impuso a la opinión norteamericana y mundial para salvarse ante la Historia y justificar una aventura bélica que no se sabe cuándo, ni cómo, ni dónde terminará...
El 23 de marzo, cuando la invasión anglonorteamericana había comenzado desde Kuwait y virtualmente desde los cuatro puntos cardinales del mapamundi, un convoy de apoyo del ejército norteamericano equivocó su ruta y cayó en una emboscada cerca de la población de Nassariya, que el comando norteamericano había decidido pasar por alto, en su angustia por avanzar rápido hacia Bagdad.
En el curso de la emboscada, varios vehículos del convoy norteamericano fueron destruidos y hubo un breve combate.
Cinco soldados cayeron muertos y unos siete fueron heridos o cayeron presos de los iraquíes, incluyendo a dos mujeres soldados y una de ellas, se dijo en una primera versión, estuvo peleando, disparando su rifle M-16 hasta vaciar el cargador, o sea que luchando, hasta que fue capturada y llevada a un hospital de Nassariya.
La soldado fue rescatada por un grupo especial, después de que los militares norteamericanos fueron dateados por los propios médicos del hospital que la soldado Lynch podía ser rescatada de una determinada habitación porque los médicos temían que podía ser maltratada por los milicianos baathistas (del partido de Sadam Hussein) que montaban guardia allí.
Lo cierto es que una unidad de comandos de las fuerzas especiales fue a rescatarla, en un aparatoso operativo nocturno, pateando puertas, armas largas en ristre y gritando “go, go. go!’”, ante los atónitos médicos y enfermeras que ya habían franqueado el paso y acomodado todo para la entrega de la soldado herida.
Todo esto fue filmado con cámaras especiales para captar imágenes nocturnas, según un informe de la BBC de Londres, que criticó la ‘teatralización’ del episodio.
Un periodista canadiense, que investigó el caso, escribió en el Toronto Star que la soldado Lynch no tenía heridas de bala, sino una fractura en la columna y otra en la pierna, y alguna cortada de cuchillo que en todo caso, le impedían manipular el rifle M-16.
El periodista siguió el caso hasta el hospital Walter Reed de Washington, donde Lynch se encuentra aislada, con un guardia militar en la puerta. Solo se permite el acceso de su padre, quien ante la prensa dijo que no podía hablar nada de nada. Al principio se dijo que la soldado había perdido la memoria. Ni siquiera hubo respuesta a la oferta de la televisora CBS, que ha cambio de una entrevista ofrecía financiar un libro y una película. Es decir, el camino directo al estrellato y a la bonanza económica. Lynch, que vivía en una empobrecida zona del estado de west Virginia, se había enrolado en el ejército con el propósito de obtener una beca, para estudiar para maestra. Pero nada. La soldado Lynch sigue bajo control del Pentágono. Y es uno de los misterios de la guerra de propaganda en Irak. Y, justo cuando estoy terminando de escribir este artículo, veo la noticia de que quien fue artífice de las relaciones públicas del Pentágono, Victoria Clarke, de estricta confianza del secretario de Defensa Donald Rumsfeld, ha presentado su renuncia.
¿Será una víctima indirecta del operativo de rescate de la soldado Lynch? Ya viene el próximo capitulo.

TED Córdova Claure, El falluto rescate de la soldado Lynch, http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/2810102.asp, miércoles 20 de agosto del 2008, 3:18 a.m.

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