Por Karina Moreno Rojas
*** Invasión inmigrante ***
México es uno de los principales países con mayor número de “fugas” laborales con destino a Estado Unidos. Por ello, mientras en nuestro país crece el número de las llamadas comunidades fantasmas- lugares habitados únicamente por niños y ancianos- en E. U. A. los barrios de latinos o hispanos se incrementan.
Según informes de Elaine Levine, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM (CISAN) entre 1967 y 2006 la población de Estados Unidos creció de 200 a 300 millones, siendo la población latina la que más aportó al mismo con 36 por ciento. “Hoy en día los aproximadamente 45 millones de latinos representan alrededor del 15% de la población total y más del 60% de ellos son mexicanos”.
En entrevista, José Luis Valdés Ugalde, director de CISAN, precisó que la incapacidad del mercado de proveer condiciones mínimas de empleo a los trabajadores en potencia es causa de la búsqueda laboral en otros sitios, siendo los vecinos del norte el mejor y cercano lugar.
“Migration Policy Institute reveló que 85.7 por ciento de mexicanos de 16 años o más forman parte de la fuerza laboral. En el caso de los hombres, aseguró, 40 por ciento trabaja en la construcción, la extracción y el sector transportes, y 21 en servicios. En tanto, entre las mujeres 37 por ciento labora en los servicios y 16 por ciento en la industria manufacturera”, informó Patricia Muñoz en “La cancillería busca diálogo con migrantes” (La Jornada, 14 de mayo del 2008).
Los estados de la República con mayor afluencia de migración hacia el país vecino son: Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Zacatecas. En los últimos años también se han sumado Veracruz, San Luis Potosí, Tabasco, Puebla, Morelos, Hidalgo, Estado de México y el Distrito Federal. Para Jorge Durand profesor de la Universidad de Guadalajara y especialista en migración “a principios del siglo XX comenzaron su peregrinar gracias a: que vivían en estados sobre poblados y el tendido del ferrocarril atravesó el Bajío y los “enganchadores” venían por ellos; y que la mano de obra siempre ha sido necesaria en el imperio”.
Cabe destacar que los estados del sur y sureste del país, que con frecuencia tienen población indígena, están siendo abandonados. La migración hacia ciudades con la intención de llegar hasta el país de las barras y las estrellas –principalmente en las dos últimas décadas- es cada vez más frecuente, pues tal como asegura Armando Bartra en su texto “Los derechos del que migra y el derecho de no migrar”, “ocho de cada 10 trabajadores agrícolas de Estados Unidos son mexicanos y entre ellos, los de origen indígena comienzan a ser mayoría”.
Fernando Santana, quien ahora trabaja en la tienda de Sanborn´s de Perisur como vendedor en el departamento de discos y sonido, Fercho, como es llamado por sus amigos, estuvo en el país gringo hace algunos años, pues después de casarse a los 18 y de procrear un hijo, las preocupaciones económicas lo hicieron partir: “Tenía que ganar más para sostener a mi chavito, entonces pensé en irme a trabajar a Estados Unidos”, comentó en entrevista.
Afortunadamente, ya contaba con familia “del otro lado”, pues su padre y hermano le esperaban con un techo que compartirle y la búsqueda de un trabajo seguro. Esto resulta una ventaja para los más de 500 mil mexicanos que cruzan la frontera al año, ya que de esta forma “muchos migrantes ya pueden ser acogidos en espacios más amistosos o más familiares que en el pasado cuando era más inhóspita la migración indocumentada”, afirmó Valdés Ugalde.
Sin embargo, para Fernando “aunque tengas familia del otro lado, el miedo durante el viaje nunca se va, te empiezas a preguntar, ¿si me falla el coyote? o temes por tu vida al ser atrapado por la migra”.
Y es que, tal como menciona Bartra en su texto antes citado, se arriesga mucho al cruzar:, “[…] los que van a pie o arriesgando la vida en los trenes cargueros; los que no logran pasar y se atascan de este lado en la maquila o los oficios precarios […] los que mueren en el camino: de calor o de frío, ahogados o de sed, de tren, de cuchillo o de bala; los que caen en manos de la migra[…] aquellos y aquellas a los que atrapa la prostitución en los sórdidos burdeles, bares o teibols”.
La mayoría de los que cruzan son jóvenes entre 15 y 25 años, aunque en los últimos años ha habido registro de mayor cantidad de familias enteras que pretenden cruzar por el desierto, incluso con niños recién nacidos.
Por lo mismo, es fácil creerle a Arturo Cano en “Hacia una geografía del otro México” cuando afirma que “uno de cada diez hogares mexicanos tiene un miembro con antecedentes de migración a Estados Unidos. Solamente 93 de los 2 mil 443 municipios del país no están ligados a la migración, sea por vía de las remesas o por migrantes”.
Según datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO) hay un total de 21.5 millones de mexicanos huéspedes en E. U. A., es decir, un 60 por ciento de la cantidad total de hispanos. Es pertinente precisar que el término hispano tiene su origen desde 1940 cuando el censo identificaba bajo éste a toda persona que señalaba al español como su lengua materna; sin embargo, actualmente se cree que es una palabra imprecisa, ya que, incluso resulta excluyente y ofensiva para aquéllos que no comparten la lengua español, como el caso de los brasileños, así lo señala Paz Trigueros Lengarreta en el artículo “El heterogéneo mundo de los latinos”.
Ahora bien, de los mexicanos residentes en Estados Unidos, “45% son mujeres, 13% son menores de 15 años, 70% se encuentran entre los 15 y 45 años y 17% tienen más de 45. En conjunto, la población latina suma 36.3 millones y tuvo un crecimiento demográfico en la década de los noventa de 57.9%, cuatro veces mayor al de la población estadunidense en general. La población mexicana fue la que más contribuyó a ese crecimiento”, apunta Arturo Cano para La Jornada.
A pesar de que la mayoría de estadounidenses consideran que los migrantes son un gasto para su nación, la realidad es totalmente la contraria. Los inmigrantes trabajan a bajos salarios por su condición de indocumentados, misma que no los absuelve de pagar impuestos. Simplemente, del rubro de impuestos no devueltos y pensiones no pagadas por el gobierno, E. U. A. se queda cada año con cinco mil millones de dólares.
Sumado a lo anterior, los migrantes representan el corazón de la producción agrícola en el gabacho. “En la agricultura todo es en español, de modo que los únicos que pueden entrar son centroamericanos, pero son el 1%. La de Estados Unidos es una agricultura mexicanizada: 85% de sus trabajadores es nacido en México. Son dos millones”, advirtió Durand.
Y si de cifras se trata, la CONAPO ofrece una amplia línea del tiempo donde contempla la cantidad de mexicanos que han abandonado el país en busca del sueño americano. Para empezar durante los 60´s partieron 260 a 290 mil personas, durante los 70´s 1.2 a 1.5 millones, en la siguiente década fue una cantidad de entre 2.1 y 2.6 millones y en los 90´s la cifra aumentó hasta 3 millones.
Posteriormente, durante el sexenio de Vicente Fox, cruzaron la frontera más de 2 millones de mexicanos, cantidad equivalente a toda la población de Baja California Sur, Campeche y Colima y se espera que para el 2015 haya más de 4 millones de mexicanos, mientras que para el 2030 se calcula un alza con 10 millones de migrantes.
Cano cita en su texto a la doctora y especialista Ofelia Woo, quien precisó que la migración femenina fue vista durante mucho tiempo como “reunificación familiar”. Pero a principios de los 90´s, un estudio realizado por la investigadora demostró que las mujeres que partían rumbo a E.U. A. llevaban pretensiones propias e individuales, pues “40% de las entrevistadas eran solteras y la mayoría contaba al menos con secundaria terminada. Entre l998 y 2000, de las mujeres que cruzaron la frontera como indocumentadas, 56% eran solteras y 39% jefas de familia”.
El caso de la migración infantil resulta de gran relevancia, ya que a diferencia de lo que se pudiera considerar, los niños no viajan por decisiones de los padres o como formadores de una familia, son pequeños que intentan pasar solos, sin familia y sin polleros. El Servicio de Inmigración y Naturalización plantea que 60 mil personas que pretenden pasar al otro lado son menores de edad y 90 mil consiguen cruzar al año.
México es uno de los principales países con mayor número de “fugas” laborales con destino a Estado Unidos. Por ello, mientras en nuestro país crece el número de las llamadas comunidades fantasmas- lugares habitados únicamente por niños y ancianos- en E. U. A. los barrios de latinos o hispanos se incrementan.
Según informes de Elaine Levine, investigadora del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM (CISAN) entre 1967 y 2006 la población de Estados Unidos creció de 200 a 300 millones, siendo la población latina la que más aportó al mismo con 36 por ciento. “Hoy en día los aproximadamente 45 millones de latinos representan alrededor del 15% de la población total y más del 60% de ellos son mexicanos”.
En entrevista, José Luis Valdés Ugalde, director de CISAN, precisó que la incapacidad del mercado de proveer condiciones mínimas de empleo a los trabajadores en potencia es causa de la búsqueda laboral en otros sitios, siendo los vecinos del norte el mejor y cercano lugar.
“Migration Policy Institute reveló que 85.7 por ciento de mexicanos de 16 años o más forman parte de la fuerza laboral. En el caso de los hombres, aseguró, 40 por ciento trabaja en la construcción, la extracción y el sector transportes, y 21 en servicios. En tanto, entre las mujeres 37 por ciento labora en los servicios y 16 por ciento en la industria manufacturera”, informó Patricia Muñoz en “La cancillería busca diálogo con migrantes” (La Jornada, 14 de mayo del 2008).
Los estados de la República con mayor afluencia de migración hacia el país vecino son: Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Zacatecas. En los últimos años también se han sumado Veracruz, San Luis Potosí, Tabasco, Puebla, Morelos, Hidalgo, Estado de México y el Distrito Federal. Para Jorge Durand profesor de la Universidad de Guadalajara y especialista en migración “a principios del siglo XX comenzaron su peregrinar gracias a: que vivían en estados sobre poblados y el tendido del ferrocarril atravesó el Bajío y los “enganchadores” venían por ellos; y que la mano de obra siempre ha sido necesaria en el imperio”.
Cabe destacar que los estados del sur y sureste del país, que con frecuencia tienen población indígena, están siendo abandonados. La migración hacia ciudades con la intención de llegar hasta el país de las barras y las estrellas –principalmente en las dos últimas décadas- es cada vez más frecuente, pues tal como asegura Armando Bartra en su texto “Los derechos del que migra y el derecho de no migrar”, “ocho de cada 10 trabajadores agrícolas de Estados Unidos son mexicanos y entre ellos, los de origen indígena comienzan a ser mayoría”.
Fernando Santana, quien ahora trabaja en la tienda de Sanborn´s de Perisur como vendedor en el departamento de discos y sonido, Fercho, como es llamado por sus amigos, estuvo en el país gringo hace algunos años, pues después de casarse a los 18 y de procrear un hijo, las preocupaciones económicas lo hicieron partir: “Tenía que ganar más para sostener a mi chavito, entonces pensé en irme a trabajar a Estados Unidos”, comentó en entrevista.
Afortunadamente, ya contaba con familia “del otro lado”, pues su padre y hermano le esperaban con un techo que compartirle y la búsqueda de un trabajo seguro. Esto resulta una ventaja para los más de 500 mil mexicanos que cruzan la frontera al año, ya que de esta forma “muchos migrantes ya pueden ser acogidos en espacios más amistosos o más familiares que en el pasado cuando era más inhóspita la migración indocumentada”, afirmó Valdés Ugalde.
Sin embargo, para Fernando “aunque tengas familia del otro lado, el miedo durante el viaje nunca se va, te empiezas a preguntar, ¿si me falla el coyote? o temes por tu vida al ser atrapado por la migra”.
Y es que, tal como menciona Bartra en su texto antes citado, se arriesga mucho al cruzar:, “[…] los que van a pie o arriesgando la vida en los trenes cargueros; los que no logran pasar y se atascan de este lado en la maquila o los oficios precarios […] los que mueren en el camino: de calor o de frío, ahogados o de sed, de tren, de cuchillo o de bala; los que caen en manos de la migra[…] aquellos y aquellas a los que atrapa la prostitución en los sórdidos burdeles, bares o teibols”.
La mayoría de los que cruzan son jóvenes entre 15 y 25 años, aunque en los últimos años ha habido registro de mayor cantidad de familias enteras que pretenden cruzar por el desierto, incluso con niños recién nacidos.
Por lo mismo, es fácil creerle a Arturo Cano en “Hacia una geografía del otro México” cuando afirma que “uno de cada diez hogares mexicanos tiene un miembro con antecedentes de migración a Estados Unidos. Solamente 93 de los 2 mil 443 municipios del país no están ligados a la migración, sea por vía de las remesas o por migrantes”.
Según datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO) hay un total de 21.5 millones de mexicanos huéspedes en E. U. A., es decir, un 60 por ciento de la cantidad total de hispanos. Es pertinente precisar que el término hispano tiene su origen desde 1940 cuando el censo identificaba bajo éste a toda persona que señalaba al español como su lengua materna; sin embargo, actualmente se cree que es una palabra imprecisa, ya que, incluso resulta excluyente y ofensiva para aquéllos que no comparten la lengua español, como el caso de los brasileños, así lo señala Paz Trigueros Lengarreta en el artículo “El heterogéneo mundo de los latinos”.
Ahora bien, de los mexicanos residentes en Estados Unidos, “45% son mujeres, 13% son menores de 15 años, 70% se encuentran entre los 15 y 45 años y 17% tienen más de 45. En conjunto, la población latina suma 36.3 millones y tuvo un crecimiento demográfico en la década de los noventa de 57.9%, cuatro veces mayor al de la población estadunidense en general. La población mexicana fue la que más contribuyó a ese crecimiento”, apunta Arturo Cano para La Jornada.
A pesar de que la mayoría de estadounidenses consideran que los migrantes son un gasto para su nación, la realidad es totalmente la contraria. Los inmigrantes trabajan a bajos salarios por su condición de indocumentados, misma que no los absuelve de pagar impuestos. Simplemente, del rubro de impuestos no devueltos y pensiones no pagadas por el gobierno, E. U. A. se queda cada año con cinco mil millones de dólares.
Sumado a lo anterior, los migrantes representan el corazón de la producción agrícola en el gabacho. “En la agricultura todo es en español, de modo que los únicos que pueden entrar son centroamericanos, pero son el 1%. La de Estados Unidos es una agricultura mexicanizada: 85% de sus trabajadores es nacido en México. Son dos millones”, advirtió Durand.
Y si de cifras se trata, la CONAPO ofrece una amplia línea del tiempo donde contempla la cantidad de mexicanos que han abandonado el país en busca del sueño americano. Para empezar durante los 60´s partieron 260 a 290 mil personas, durante los 70´s 1.2 a 1.5 millones, en la siguiente década fue una cantidad de entre 2.1 y 2.6 millones y en los 90´s la cifra aumentó hasta 3 millones.
Posteriormente, durante el sexenio de Vicente Fox, cruzaron la frontera más de 2 millones de mexicanos, cantidad equivalente a toda la población de Baja California Sur, Campeche y Colima y se espera que para el 2015 haya más de 4 millones de mexicanos, mientras que para el 2030 se calcula un alza con 10 millones de migrantes.
Cano cita en su texto a la doctora y especialista Ofelia Woo, quien precisó que la migración femenina fue vista durante mucho tiempo como “reunificación familiar”. Pero a principios de los 90´s, un estudio realizado por la investigadora demostró que las mujeres que partían rumbo a E.U. A. llevaban pretensiones propias e individuales, pues “40% de las entrevistadas eran solteras y la mayoría contaba al menos con secundaria terminada. Entre l998 y 2000, de las mujeres que cruzaron la frontera como indocumentadas, 56% eran solteras y 39% jefas de familia”.
El caso de la migración infantil resulta de gran relevancia, ya que a diferencia de lo que se pudiera considerar, los niños no viajan por decisiones de los padres o como formadores de una familia, son pequeños que intentan pasar solos, sin familia y sin polleros. El Servicio de Inmigración y Naturalización plantea que 60 mil personas que pretenden pasar al otro lado son menores de edad y 90 mil consiguen cruzar al año.
Según Arturo Cano durante los 50´s el principal destino de los paisanos era Texas, en los 60´s fue California y de ahí en adelante se hizo un desplazamiento hacia el este, llagando a lugares como Florida y Georgia, además de Nueva York y Las vegas, donde realizan trabajos pesados, riesgosos o desagradables para la población originaria.
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