7 de octubre de 2008

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ÉTICA: RESGUARDO DE LIBERTADES Y DEBERES
Por Karina Moreno Rojas

La ética es un conjunto de reglas que ofrecen derechos y establecen obligaciones en todos los ámbitos profesionales, evidentemente, el periodismo no sería la excepción; la discusión es la verdadera reflexión acerca de esas reglas, así como su aplicación (dentro de ella la obligatoriedad) y posibilidad de adecuarlas al aspecto internacional.
La creación de los códigos de ética periodística no es nada nuevo, data de 1950 según se apunta en el texto de Alberto Ruíz titulado El desafío jurídico de la comunicación internacional. La importancia de éstos se ha determinado en la medida de la práctica, de los abusos de periodistas, medios de comunicación, gobierno, instituciones públicas y por supuesto de la misma sociedad sobre los profesionales del periodismo.
Por lo anterior, según el texto citado antes, la Organización de las Naciones Unidas estableció en 1974 la relevancia no sólo de hacer códigos a nivel nacional, sino internacional salvaguardando los deberes y derechos del periodista.
De ésta manera se pretenden cuatro aspectos principales: proteger la libertad y responsabilidades de los periodistas al mismo tiempo que el resto de la población es protegida del grupo profesional conocido como el cuarto poder; establecer una ética en el funcionamiento interno del periodismo (entre dueños y reporteros); determinar al periodismo como una profesión al servicio del público y no al de intereses propios; y establecer la relación de dicha profesión con la sociedad.
“Los principios profesionales éticos son el producto de la necesidad del grupo profesional de idear un conjunto de reglas que definan y controlen sus derechos (libertades) y deberes (responsabilidades), su comportamiento ocupacional dentro del grupo, su ideal profesional y su relación hacia de la sociedad dentro de la cual funciona”[1].
Por ello se ha tratado de crear a nivel nacional códigos apegados a la cultura y política propia, incluso los propios medios de comunicación han hecho sus códigos deontológicos que determinan la conducta de sus trabajadores, pero que no abarcan las áreas administrativas y tecnológicas.
Cabe mencionar que en la mayoría de los países hay ciertas restricciones en las libertades de los periodistas al ejercer su profesión basados en conceptos como el orden público, los principios morales aceptados, la seguridad del Estado y de las instituciones democráticas y, en algunos países, en la seguridad nacional.
Me gustaría hablar especialmente de un tema que se maneja en el texto, se refiere a los principios profesionales éticos más comunes en la mayoría de los códigos de diversos países, me interesa profundizar en objetividad, justicia e imparcialidad.
Del término justicia se hace mención de los métodos que deben usar los periodistas en todo momento para realizar su trabajo (incluso en la obtención de información), los cuales deben ser correctos y legales. Pero es bien sabido que al menos en el periodismo de investigación[2] esto no es posible, pues de lo que se trata es de encontrar información de algo oculto o que por ciertas razones no se quiere dar a conocer (generalmente se caracteriza por ser peligroso) y es de interés público porque de alguna manera afecta a la sociedad o a un grupo determinado de ella.
Ejemplos de lo anterior, grandes proezas periodísticas son precisamente de éste tipo, casos como el Watergate, libros de reportajes profundos de hace muchos años como A sangre fría o un poco más recientes como Cabeza de turco o El periodista indeseable ambos de Günter Wallraff, también La aventura de Miguel Littin clandestino en Chile de Gabriel García Márquez y más recientes, Los demonios del edén de Lydia Cacho o tal vez Hoy te toca la muerte, Huesos en el desierto, La familia presidencial, o Con la muerte en el bolsillo, entre otros.
En el caso del término imparcialidad lo definen en el texto como el deber del periodista de “presentar todos los ángulos posibles de un asunto, informar sobre el mismo de forma equilibrada y carente de prejuicios[3]”; sin embargo, la misma definición se maneja para objetividad, entonces ¿en qué se diferencia una de la otra?, quiero aclarar que en el texto no se manejan como sinónimos, sino como principios distintos.
Y entrando en materia, el término objetividad, que tomando en cuenta lo anterior en el texto es definido de la misma manera que imparcialidad, es un aspecto polémico y poco estudiado y reflexionado en periodismo, con mayor razón en políticas de ética.
Actualmente, la teoría del periodismo maneja como inexistente a la objetividad, ya que la sociedad y aún la realidad (que es el centro de estudio del periodismo) no son objetos rígidos posibles de ser observados y explicados sin la intervención del mediador (periodista), es decir, forzosamente hay un proceso de interpretación en donde está involucrada la subjetividad, pues depende del sujeto, de su ideología, preparación, conocimiento, punto de vista, contexto, entre otras cosas, la perspectiva que tenga del hecho.
Por ello en periodismo se habla de veracidad, que remite a no falsear la información, no agregar, quitar, o poner más de una parte que de otra con la intención de perjudicar a alguien o a algo, siempre presentar los hechos lo más apegados posible al suceso.
La doctora Lourdes Romero, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) explica en su libro La realidad construida en el periodismo: “la objetividad no se da en el hecho, sino en la reconstrucción producto de la labor del periodista. La investigación que lleva a contextualizar el hecho y la materialización de sus resultados en el relato se producen desde la subjetividad del periodista […] El significado de objetividad se ha renovado en la actualidad, ahora implica la actitud profesional en favor de la verdad, la subjetividad bien intencionada”[4].
En conclusión, tanto la definición como lo que implica la objetividad deberán ser reflexionados y estudiados en función de la verdadera labor periodística, entendiendo las formas de realización, la importancia del sujeto así como del medio que también influye a través de su línea editorial, los obstáculos a los que se enfrenta todo periodista, y las dificultades propias de la profesión como su nulo o parcial reconocimiento como profesión (confundiéndolo aún con oficio) y el desconocimiento de la teoría periodística que establece una metodología de investigación (selección del hecho, investigación y contextualización y redacción) misma que en todo momento se ve determinada por la labor del sujeto.
Creo que es importante que para la realización de los códigos de ética a nivel nacional (con mayor razón internacional por la dificultad que implica) se entienda de verdad en qué consiste la labor periodística y qué aspectos la determinan y obstaculizan, sólo así, será posible crear reglas en busca de controlar las actitudes de los profesionales, de otra manera se seguirá en la diferencia de términos y en gran parte –sin menos preciar las demás razones que apunta el autor en su texto El desafío jurídico de la comunicación internacional- en la imposibilidad de crear un código internacional, ya que no se valora la importancia y necesaria intervención del sujeto en los hechos.

BIBLIOGRAFÍA:
ROMERO Lourdes, La realidad construida en el periodismo: reflexiones teóricas, México, Edit: Porrúa, UNAM, FCPyS, 2006, p. 197.
RUÍZ Alberto, “Periodismo: principios éticos en los códigos y en la práctica” en El desafío jurídico de la comunicación internacional, México, Edit: Nueva Imagen, 1979, p. 125-150.

[1] RUÍZ Alberto, “Periodismo: principios éticos en los códigos y en la práctica” en El desafío jurídico de la comunicación internacional, p. 5.
[2] Que se caracteriza por ser una investigación profunda, de algo novedoso que se pretende mantener oculto y que sea de interés público porque afecta de alguna forma a la sociedad.
[3] P. 10.
[4] ROMERO Lourdes, La realidad construida en el periodismo: reflexiones teóricas, p. 26

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